
El Air Force One con el presidente Barack Obama ya llegó a la plataforma del hangar presidencial, donde fue recibido por el secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade; así como Antohony Wayne, embajador de Estados Unidos.
Al momento en que Barack Obama abandone el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, aterrizará en el mismo lugar otra aeronave idéntica, el «back up» el cual tiene todos los beneficios del Air Force One, por si éste falla, narró Joaquín López Dóriga.
Ambos aviones son un Jumbo 747 y puede permanecer en el aire por tiempo indefinido, en el caso de alguna emergencia en estados unidos. También puede ser abastecido por pipas aéreas.
Al descender del avión, Obama no recibió ninguna ceremonia, todo se limitó al saludo del canciller mexicano y el embajador estadounidense.
El Servicio Secreto estadunidense, las corporaciones federales, el Estado Mayor Presidencial y la Secretaría de Seguridad Pública capitalina desplegaron el dispositivo de vigilancia ante la llegada del presidente Barack Obama.
El mandatario de la Unión Americana a bordo de su auto conocido como «La Bestia», se traslada a Palacio Nacional para el encuentro con su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto.
De acuerdo con la agenda oficial, el convoy que escolta al mandatario norteamericano saldrá del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) pasadas las 14:00 horas.
Autoridades del Gabinete de Seguridad señalaron que la posible ruta que tomará la comitiva que acompaña a Obama será el Circuito Interior, Río Churubusco, Viaducto Río de la Piedad hacia el poniente, Calzada San Antonio Abad, para llegar a la avenida 20 de Noviembre e ingresar al Palacio Nacional.
Dicho trayecto es resguardado por elementos vestidos de civil del Estado Mayor Presidencial, quienes vigilan las inmediaciones de las citadas avenidas.
La SSPDF participa en el dispositivo de vialidad por lo que esas arterias quedarán restringidas momentáneamente a la circulación hasta concluir el recorrido de la comitiva del presidente Barack Obama.
En la Plaza de la Constitución el dispositivo de seguridad está a cargo de autoridades federales coordinadas con el servicio secreto, por lo que los accesos al Centro Histórico se encuentran restringidos.