Un grupo de inspectores de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encuentra en Irán, donde se organizó una visita al reactor de agua de Arak. Se trata de la primera visita en más de dos años -según nota de BBC Mundo-.
La inspección se produce después de que se llegara a un acuerdo interino de seis meses, que fue suscrito hace dos semanas por Teherán y un grupo de potencias mundiales.
En el pacto, Irán se comprometió a no avanzar en la construcción o en el trabajo experimental del reactor de Arak, que expertos occidentales temen puede ser usado por su plutonio, una vez se comisione, como una segunda ruta hacia la fabricación de una bomba nuclear.
También prometió proveer toda la información sobre dicha planta y otros temas que se han mantenido en secreto durante mucho tiempo.
A cambio, algunas de las sanciones que pesan sobre Teherán se están relajando.
Las potencias participantes en las negociaciones se comprometieron a proveer de forma limitada, temporal, selectiva y reversible un alivio en las sanciones económicas, a no imponer más sanciones relacionadas con el programa nuclear y suspender las restricciones sobre el comercio de oro y metales preciosos, sector automotriz iraní y sus exportaciones de petróleo.
El presidente de Irán, Hassan Rouhani, le dijo al parlamento que el acuerdo ya ha tenido un impacto positivo en la economía del país.