A partir del análisis de imágenes satelitales de alta resolución fue posible localizar las líneas fluviales por las que los olmecas pudieron haber transportado las rocas basálticas monumentales y otros objetos desde la región de Los Tuxtlas hasta sus centros ceremoniales de La Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo.
Mariana Favila Vázquez, maestra en Estudios Mesoamericanos, detalló que se identificaron los ríos Catemaco, Papaloapan, Coatzacoalcos, San Juan, Tepango y Tecolapan, entre otros, como medios de comunicación entre la zona volcánica de Los Tuxtlas, principal veta de roca volcánica de la región, al sur del estado de Veracruz, y sitios arqueológicos como La Venta (Tabasco), Tres Zapotes y San Lorenzo (Veracruz).
Lo anterior fue dado a conocer por la investigadora en el marco del 3er Coloquio Internacional Estudios sobre la Cultura Marítima en México. Espacios Marítimos y proyecciones culturales, en la ciudad de Campeche, y fue inaugurado por Pilar Luna Erreguerena, subdirectora de Arqueología Subacuática del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
En la ceremonia realizada en el auditorio del Centro INAH Campeche, Pilar Luna destacó la labor de las organizadoras Flor Trejo y Guadalupe Pinzón, quienes hace seis años “soñaron este proyecto” que hoy llega a su tercera edición con la participación de especialistas de siete países, quienes presentan sus más recientes investigaciones sobre espacios marítimos.
Acompañada del secretario académico del Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Martín Ríos, Pilar Luna reconoció el trabajo que hacen ambas instituciones y enfatizó que el INAH, dirigido por María Teresa Franco, historiadora de formación, ha podido cumplir las responsabilidades de investigación, conservación y difusión.
En la primera mesa de trabajo, Mariana Favila Vázquez, especialista del INAH, dictó la conferencia “Caminos de agua en tierra firme y mar abierto: reconstrucción del paisaje marítimo de Los Tuxtlas”, en la que plantea su teoría de cómo los olmecas pudieron haber movilizado desde la región de Los Tuxtlas —principal zona de piedra basáltica— enormes rocas para la construcción de sus monumentos.
Explicó que desde los años sesenta del siglo XX, los estudios arqueológicos plantearon la posibilidad de que los ríos de la región fueran utilizados para transportar no sólo rocas basálticas, sino también personas y todo tipo de comercio, ya que lo accidentado de la topografía impedía su traslado por tierra.
Su teoría está apoyada en un modelo de análisis espacial del terreno que contribuye a localizar las rutas de navegación. “Evalué el terreno mediante imágenes satélites de alta resolución que permitieron elaborar mapas digitales de las curvas de nivel de la región y así conocer cómo era esa topografía y la pendiente, para estimar las potenciales vías fluviales que funcionaron desde el periodo Preclásico (2000-100 a.C.) hasta el siglo XVIII”.
Además de la identificación de dichos ríos que se usaron como medios de comunicación entre Veracruz y Tabasco, cercanos a ellos se han ubicado pequeños sitios que pudieron haber funcionados como puertos fluviales, donde siglos más tarde fueron construidas bodegas coloniales.
Estas rutas de navegación se siguieron usando después de la llegada de los españoles. “Hernán Cortés tuvo un gran interés en la región por el cultivo de la caña, el algodón y el tabaco e incluso sirvió como una vía para el contrabando de diversas mercancías como la sal o el mismo tabaco, a lo largo de la costa del Golfo desde Campeche hasta Veracruz”.
Los mapas de los siglos XVI al XVIII, que se resguardan en el Archivo General de la Nación, también permiten confirmar la utilización de esos mismos afluentes, que fueron detectados por los investigadores de la zona, como Robert Santley, seis décadas atrás, y que ahora con medios digitales se hacen visibles para su estudio y análisis.
La maestra en arqueología, adscrita a la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), aseveró que existen vestigios de una embarcación prehispánica localizada previamente por arqueólogos del INAH en 2008, fechada para el periodo Posclásico (1200-1519 d.C.), encontrada en las playas del río Coatzacoalcos que da cuenta de esta ruta fluvial, así como una pequeña figurilla olmeca sobre una canoa y cuatro más en miniatura hechas de jade.
Su estudio es sólo el inicio de una larga investigación que se debe continuar, porque la especialista no duda que los olmecas navegaron por las costas del Golfo de México y seguramente hay vestigios sumergidos.
En el primer día de trabajos del coloquio también se habló del arrecife Alacranes, sitio considerado un panteón por el gran número de embarcaciones encalladas, y del Golfo de California. Otros temas abordados aludieron a naufragios, el mar, el arte y la geografía; el mar y la literatura y proyecciones y conexiones sobre espacios marítimos.