En una reunión del Consejo de Seguridad este viernes, el Secretario General de la ONU pidió que se eviten las narrativas y retóricas peligrosas en torno a la situación en Corea del Norte.
La reunión del máximo órgano de seguridad está marcada por el último lanzamiento de misil norcoreano de noviembre, pero también por el mensaje enviado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, quien dijo esta semana que estaba dispuestos a dialogar con Pyonyang sin condiciones previas.
António Guterres pidió a Corea del Norte que cumpla con las resoluciones del Consejo y que se eviten las narrativas y retóricas peligrosas.
«Es hora de restablecer y fortalecer inmediatamente los canales de comunicación, incluyendo los canales intercoreanos y militares. Es crítico reducir el riesgo de errores de cálculo y malentendidos y rebajar las tensiones en la región», declaró.
“Cualquier acción militar tendría consecuencias devastadoras e impredecible”, advirtió.
Cada día significa luchar por sobrevivir
Asimismo, Guterres insistió en la necesidad de separar asuntos de paz y seguridad con la situación humanitaria en el país asiático. El 70% de la población no tiene seguridad de poder comer todos los días, afirmó.
La situación es aún más crítica en las zonas rurales, informó por su parte Tomás Ojea Quintana, el relator especial sobre los derechos humanos en el país asiático, en una declaración publicada este viernes.
El experto estuvo de visita en Corea del Sur, donde se reunió con norcoreanos que huyeron de las privaciones en su país y dijo que los que siguen allí viven “una vida marcada por el trabajo forzado y arduo, con el colapso de los servicios básicos que el Estado debería proveer”.
Ojea Quintana subrayó que, a raíz de las sanciones impuestas por el Consejo de Seguridad, el trabajo humanitario en el país es muy limitado.
El Plan de respuesta humanitaria para Corea del Norte en 2017 solo recibió 30% de los fondos requeridos.