La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos advirtió hoy que las violaciones de esas garantías básicas persisten en el este de Ucrania y citó bombardeos, ejecuciones, detenciones arbitrarias e ilegales, torturas, malos tratos, trata de personas y falta de justicia y rendición de cuentas.
El décimo informe de esa dependencia, elaborado por la Misión de la ONU de Monitoreo de los Derechos Humanos en Ucrania, también da cuenta de que cinco millones de personas que viven en las zonas afectadas sufren un gran impacto económico y social a causa del conflicto.
El documento, que cubre el periodo del 16 de febrero al 15 de mayo de 2015, afirma que se ha registrado una notable disminución de bombardeos indiscriminados después de la aprobación del paquete de medidas de los Acuerdos de Minsk del 12 de febrero.
No obstante, las hostilidades entre las fuerzas de Ucrania y los grupos armados no han cesado, lo que significa que los civiles siguen viviendo en situación de miedo, según el informe.
Iván Simonovic, subsecretario general de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, dio a conocer el estudio en una conferencia de prensa en Ginebra.
“En cuanto a los atropellos cometidos por los grupos armados, hablamos de denuncias de asesinatos, torturas, malos tratos, trabajo forzoso, saqueos, demandas de rescate, extorsión. También nos referimos a intimidaciones sistemáticas de personas sospechosas de apoyar a las fuerzas armadas ucranianas o de ser pro ucranianas”, dijo el alto funcionario.
El documento estima que, desde que estalló el conflicto a mediados de abril de 2014 hasta el 30 de mayo de 2015, al menos 6.417 personas han muerto, entre ellas 626 mujeres y niños, y se han registrado casi 16.000 heridos.
También, las víctimas civiles de minas terrestres y municiones sin explotar siguen siendo considerables.
El Alto Comisionado de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein urgió a todas las partes involucradas en las hostilidades a buscar un punto en común a través del diálogo para aplicar plenamente los Acuerdos de Minsk y poner fin a los combates, además de asegurar que todas las violaciones de los derechos humanos y del derecho humanitario internacional se investiguen, independientemente de quienes sean los responsables.