Ante el recrudecimiento en Yarmouk del enfrentamiento entre el Estado Islámico y las fuerzas del régimen, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) hizo el domingo un llamado urgente a todas las partes implicadas para que cesen las hostilidades y para que se retiren inmediatamente de las áreas pobladas por civiles.
En un comunicado de prensa, la agencia de la ONU señaló que la situación en el campo de refugiados palestino de Yarmouk, en Damasco, no había sido nunca tan grave. “Exigimos que todas las partes cumplan con sus obligaciones bajo el derecho internacional para proteger a los civiles”, dijo.
La UNRWA también pidió que se incrementara la ayuda humanitaria y destacó la necesidad de mejorar las condiciones de seguridad para poder evacuar a los refugiados y distribuir asistencia.
Todavía hay más de 18.000 personas atrapadas en el campamento que durante dos años han sufrido enfermedades, hambre y carencia de servicios básicos debido al asedio de las fuerzas del presidente sirio Bashar al-Assad.
“Hombres, mujeres y niños –tanto sirios como palestinos— se esconden aterrorizados en sus derruidas casas, desesperados por conseguir seguridad, alimento y agua, a medida que las hostilidades continúan”, señaló el comunicado.
Entre los asediados refugiados de Yarmouk se encuentran 3.500 niños, que llevan más de un año dependiendo de la asistencia irregular de la UNRWA para comer.
“El nivel de nuestra ayuda ha estado muy por debajo del mínimo necesario”, reconoció el comunicado, que aseguraba que la agencia estaba preparada para retomar su labor de asistencia tan pronto como cesaran las hostilidades. “Ahora mismo no hay agua potable en Yarmouk. La situación es extremadamente grave y amenaza con deteriorarse aún más”.