Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

Desde muy temprana hora, habitantes de la comunidad de Ánimas Trujano, así como turistas tanto nacionales como extranjeros, se dieron cita en el atrio del templo de la comunidad para participar en el Viacrucis de Semana Santa. Un estudiante de Medicina de la UABJO personificó a Jesús: José Melgar Hernández.

En punto de las 10:30 horas se dio inicio al juicio de Jesús, quien vestido con túnica blanca y amarrado de manos era escoltado por los guardias romanos quienes lo llevarían a ser presentado ante Poncio Pilatos quien determinaría el castigo que recibiría y daría inicio a una de las mas antiguas y enmarcadas tradiciones de catolicismo.

Los espectadores, quienes atentamente escuchaban y apreciaban la representación hecha por el grupo juvenil de la iglesia de Ánimas Trujano por momentos dejaban ver en sus rostros las expresiones de dolor, angustia y tristeza ante el castigo que el hijo de Dios recibía por parte de dos guardias romano los cuales con látigos en mano flagelaban la espalda de Jesús como parte del castigo que había sido otorgado por el quinto prefecto de la provincia romana de Judea y posteriormente sentenciaría a morir en la cruz junto a dos ladrones.

Jesús, quien lucía lacerado por los golpes que le habían sido propiciados anteriormente y colocada en su frente una corona de espinas como burla por parte de los romanos al ser considerado rey de los judíos, inició su penitencia a la que había sido condenado cargando en su espalda una enorme cruz de madera con la cual posteriormente sería crucificado.

“Padre perdónanos porque hemos pecado y muchas veces perdemos tu camino, perdónanos por que como hombres tomamos caminos incorrectos y cometemos errores”, son las palabras que repetía Juan Manuel, habitante de San Bartolo Coyotepec, quien al paso del Viacrucis oraba por él y su familia, por la salvación y la paz que las personas han pedido, ya que comenta que mientas las personas más buscan la felicidad entre las cosas materiales y efímeras, más grande se hace la distancia entre ellos y la fe, pues las personas han optado por una vida llena de riqueza material que espiritual, lo cual corrompe a los hombres.

“No llegamos a entender que la verdadera felicidad está al lado del Señor pues mientras de más cosas materiales nos vamos haciendo no logramos llenar ese vacío que muchas veces sentimos pues perdemos el camino espiritual y no hayamos una salida a nuestro dolor”, dijo.

Durante las estaciones, las cuales representan cada una de las pautas que padeció y tuvo que superar a su paso hacia la muerte Jesús, era mayor el número de habitantes que se sumaban al paso mientras la imagen del Santísimo recorría las calles de la comunidad entre cantos, alabanzas, ofrendas florales y el amor de sus feligreses, quienes a pesar del intenso sol no los abandonaron por ningún momento.

Martín Mijangos Aragón, Diácono permanente, precisó a los feligreses que estas celebraciones, las cuales se llevan a cabo en distintas partes del mundo, son necesarias para que las personas recuerden y sepan que hace mas de 2 mil años Jesús realizó el acto de amor más importante y representativo para toda la humanidad, pues dio su propia vida para que todas las personas pudieron ser liberadas del pecado y salvadas.

Mencionó que esto nos recuerda que todos los días tenemos que ver no solo por nuestro propio bienestar sino por el de todas las personas que diariamente nos rodean, incluso de aquellas que no conocemos pues el camino del Señor nos invita a mostrar nuestra humildad y fe de servir al prójimo sin esperar recibir una gratificación a cambio pues estas acciones son vistas a los ojos de Dios quien gratificará con su amor y misericordia nuestras acciones.

Por su parte, la señora Guadalupe Olmedo, originaria de Monterrey, señaló que mientras que este tipo de celebraciones se realizan en distintas partes del país, donde son distintas formas de vivir la Pasión de Cristo, los estados donde disfruta más de revivirla siempre han sido Oaxaca y el Distrito Federal, pues en ellas se pueden apreciar el amor que tienen las personas por recordar los momentos del Jesús que pasó en la Tierra.

“Hemos venido tres años consecutivos únicamente para poder estar en las distintas representaciones que se realizan por lo cual este año decidimos venir a esta comunidad donde no habíamos estado y es bonito ver cómo las personas se apasionan y forman parte de la representación que nos recuerda el gran amor que tuvo el hijo de Dios con nosotros”.

Finalmente, al llegar al cerro de Los Mogotilos, las lágrimas no pudieron ser contenidas por algunos espectadores al ver representados los últimos momentos de Jesucristo antes de ser puesto en la cruz, torturado y humillado por quienes a su paso pedían su crucifixión. “Señor, perdónalos pues no saben lo que hacen”, son las últimas palabras que dijo José Melgar Hernández, cansado y adolorido, quien este año representó el papel de Jesucristo orgullosamente.

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