La actriz andaluza presenta en Tokio el estreno mundial de la cinta silente ‘The Bra, que cuenta la historia de un conductor de tren que busca a la propietaria de un sostén que queda enganchado en uno de los vagones
La actriz española Paz Vega presentó hoy en Tokio el estreno mundial de The Bra, la primera película muda que protagoniza, un reto al que no se había enfrentado nunca pero que superó porque, según dijo la historia la cautivó.
The Bra, una producción germano-azerbaiyana y dirigida por el alemán Veit Helmer, es una de las dieciséis películas seleccionadas para competir en el Festival Internacional de Cine de Tokio (TIFF), que arrancó el 25 de octubre y se prolongará hasta el próximo sábado.
El filme cuenta la historia de un conductor de tren, encarnado por el actor serbio Predrag “Miki” Manojlovic, que busca a la propietaria de un sostén que queda enganchado en uno de los vagones.
“Cuando leí esta historia me cautivó, la historia en sí, los personajes, el hecho de que sea una película sin palabras”, afirmó la actriz española poco después de participar en la presentación de la película.
Vega (Sevilla, 1976) dijo sentirse “muy emocionada” por llegar a Tokio para el estreno de esta comedia de Veit Helmer en su primera visita a Japón.
Según explicó, durante el rodaje, el tren pasaba de verdad cada veinte minutos, por lo que tenían que grabar “rápido”. “Eso me ponía nerviosa y me daba miedo”, reconoció la actriz, aunque a la vez le resultó algo “fantástico y emocionante”.
Además, Vega aseguró que participar en la película le dio la oportunidad de viajar hasta Bakú, capital de Azerbaiyán, uno de los lugares donde se rodó.
“Son de esas cosas que dices, o hago esa película o posiblemente jamás venga aquí”, explicó la actriz, y agregó que esa ocasión se convirtió en una experiencia que “desde el comienzo hasta el fin ha sido muy bonita”.
Dentro de la competición también se encuentra la brasileña A Sombra Do Pai, de la cineasta Gabriela Amaral, y la mexicana Clases de Historia, de Marcelino Islas Hernández.
Esta nota originalmente se publicó en Excélsior