Pedro Infante, figura central del imaginario popular mexicano

México, D.F.- Pedro Infante Cruz, (Mazatlán, Sinaloa, 17 de noviembre de 1917 – Mérida, Yucatán, 15 de abril de 1957), continúa siendo una figura central del imaginario popular en México, gracias a la vigencia de sus facetas como cantante, actor y figura popular.

En entrevista con Conaculta, el crítico e investigador de cine Jorge Ayala Blanco destaca justamente el hecho de que el actor y cantante, icono de la Época de Oro del cine mexicano, se haya convertido en una referencia para la cultura popular del país.

“Recuerdo que cuando yo era niño lo iba a ver cantar a la estación W Radio, y desde luego, después fui a ver sus películas. En ese momento la verdad es que nunca me imagine en lo que se convertiría, pues logró aportar y permanecer en la tradición popular del país gracias a su carisma.

“Pero su trabajo como actor y cantante se extendió en múltiples direcciones, para convertirse en una especie de subcultura en sí mismo, en un modelo de comportamiento, de mito cinematográfico, leyenda urbana, incluso de ídolo gay, algo que nunca imaginé que pasaría”.

Las consideraciones de Ayala Blanco se complementan con el hecho de que en Internet es posible encontrar desde páginas de fanáticos, hasta un sitio dedicado a Infante, el cual fue creado y es atendido por su familia, www.asierapedroinfante.com.

La página incluye desde información general sobre la vida del actor, hasta noticias sobre las actividades que sus fans aún realizan en memoria de su ídolo, como la tradicional visita al panteón Dolores, donde descansan sus restos, para cantarle en honor suyo y en conmemoración de su aniversario luctuoso.

Ayala Blanco señala que la multidimensionalidad del cantante se sostiene gracias a la manera en que sus seguidores lo recuerdan, “pero te voy a confesar algo, el modelo de macho que él representó, en verdad no era el que yo quería seguir cuando era niño.

“Al contrario, repudiaba a esa clase de ser humano, no por macho, sino por derrotado, porque se identificaba con el vencido, el sufrido, porque el tipo de macho que a mí me atraía más, era el representado por Jorge Negrete.

“En el caso de esta otra figura del cine mexicano, se trata de una referencia que se asocia al triunfador, al que cuestiona, era el arrogante, el impositivo… aunque ahora rechazo por supuesto los dos modelos”.

Para el investigador, el cuestionamiento es cuál de los dos es peor, el macho llorón o prepotente, “aunque se ha acabado por imponer el macho derrotista, salamero y esta cosa que tiene Infante, pero de ninguna manera es un modelo deseable, porque es un tipo de hipocresía mitológica.

“Por un lado, se acepta al macho, con todos los valores negativos que eso representa, y ninguno positivo, que podrían ser el dinamismo y tener una opinión propia, sino que se prefiere al pasivo, sufridor, al que recibe…, pero bueno, esa es una especie de disyuntiva que me parece muy interesante de analizar, porque además, ambas figuras nunca se han repetido en el cine de nuestro país”.