Pemex se va de Repsol como punto final al enfrentamiento vivido con el presidente de la firma española, Antoni Brufau. La petrolera mexicana se ha desprendido de una participación del 7,86% de Repsol por un importe total en efectivo de 2.091,54 millones de euros, a razón de 20,10 euros por acción, según ha informado Deutsche Bank, una de las entidades colocadoras, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) -según nota de El PAÍS-.
Con la venta de este paquete accionarial, la petrolera mexicana se deshace del grueso de la participación del 9,3% que declara en Repsol y la deja reducida a apenas el 1,44%. El precio de la operación está un 3,6% por debajo de los 20,86 euros a los que cerró ayer la petrolera española.
La colocación la están llevando a cabo Citigroup Global Markets Limited y Deutsche Bank por cuenta de Petróleos Mexicanos (Pemex) y PMI Holdings B.V. y comprende un paquete de 104.057.057 acciones, que representan el 7,86% del capital.
El abandono de la firma mexicana en el accionariado de la petrolera se esperaba. De hecho, hace tan solo unos días el ministro de Hacienda de México, Luis Videgaray, señaló que la eventual venta de la participación «no sería mala decisión». El ministro argumentó que la venta podría permitir «traer el capital e invertirlo en las oportunidades que va a tener Pemex en México».
Pemex se alió en 2011 con Sacyr (en aquel momento máximo accionista de la petrolera española y presidida por Luis del Rivero) para reclamar cambios en la dirección. La alianza con la constructora se rompió a comienzos de 2012 y ambas petroleras sellaron un pacto industrial por 10 años.
Sin embargo, las disputas no cesaron. El último episodio tuvo lugar en la junta de accionistas del pasado marzo, cuando Repsol aprobó sus blindajes (la modificación de los estatutos para fijar en el 75% los votos necesarios para cualquier cambio de relevancia) con el único voto en contra de Pemex. Y es que con este cambio se limitaban movimientos como la segregación de negocios que se planteó en el consejo por sugerencia de Pemex.
Antes de eso no faltaron los ataques. En 2013 el director general de Pemex, Emilio Lozoya, culpó a la gestión de Brufau de lo que consideraba una mala evolución bursátil de su participada española y criticó los «altas» retribuciones del grupo.
Pemex ha sido hasta ahora el segundo accionista de Repsol, solo por detrás de CaixaBank (11,83%), y por delante de Sacyr (9,23%), de la firma de inversión Singapore Tesamek (6,26%) y el estadounidense Blackrock (3%).