* En la PGR los priístas han dejado de ser objetivo
* Videgaray y Osorio en el presupuesto para 2013
La transición cordial en curso conlleva un cambio de prácticas:
Ni prejuicios en los análisis de los documentos entregados ni acusaciones apresuradas y menos vendettas en el futuro hacia los colaboradores de Felipe Calderón.
No se trata de ignorar lo mal hecho y, menos, de solapar irregularidades donde las haya.
Enrique Peña Nieto ha dado la instrucción a todos sus colaboradores –los 45 presentados inicialmente, los agregados y sus respectivos auxiliares- de actuar con absoluta seriedad y responsabilidad.
No se caerá en esa vieja tradición de persecuciones, las famosas cacerías de bruja en el argot del pasado priísta.
Si más adelante hay elementos para impulsar denuncias y procesos en contra de alguien, todo se hará con puntual apego a la legalidad y siempre con pruebas.
Dicho de otra manera, no habrá linchamientos.
Nada de acusaciones sin el sustento necesario.
Los priístas han aprendido de los gobiernos panistas porque llevan dos sexenios, los de Vicente Fox y Felipe Calderón, de sufrir persecuciones mediáticas y procesos desvanecidos ante la justicia.
Dos casos son paradigmáticos: el Pemexgate con Fox y los señalamientos públicos en contra de tres ex gobernadores de Tamaulipas: Manuel Cavazos Lerma, Tomás Yarrington y Eugenio Hernández.
Los primeros fueron exonerados y no se ha procedido contra los tres últimos.
Y si todo sigue como está, difícilmente se actuará.
LOS PERSEGUIDORES DE HOY SERÁN…
Tal vez sea coincidencia, pero en la Procuraduría General de la República (PGR) esas investigaciones han dejado de ser tema.
A estas alturas solamente se habla de Tomás Yarrington –con investigaciones en México y Estados Unidos- pero ha dejado de ser uno de los objetivos preferidos de la procuradora Marisela Morales, acaso porque ya pasaron las elecciones y todos los titulares se aprestan a entregar sus respectivas dependencias a los enviados del presidente electo Enrique Peña Nieto.
Nadie habla de las mil y un procesos abiertos contra priístas connotados, unos por ligas con el crimen organizado –los tres tamaulipecos citados, el veracruzano Fidel Herrera y algunos mandatarios y ex mandatarios del norte- y otros por corrupción: el oaxaqueño Ulises Ruiz y el poblano Mario Marín, El Góber Precioso.
Ya ni Humberto Moreira, en quien Ernesto Cordero y otros panistas descargaron su sevicia, figura en las prioridades de la Procuraduría.
Con esta información, no se sorprenda si más adelante y poco a poco empiezan a difundirse exoneraciones, sea porque no se encontraron culpas a perseguir o porque ya es ir contra el tiempo.
Dos meses son muy pocos para integrar expedientes, conseguir órdenes de aprehensión, detener y consignar.
Y al fin y al cabo, pese a los rumores, no se llevó al PRI ni a Peña Nieto a la derrota y, por el contrario, hoy no deben faltar los panistas preocupados por lo indebido a su paso por el poder.
UNA CARGA DE VIDEGARAY Y OSORIO
1.- Los priístas y Enrique Peña Nieto consiguieron su objetivo de manejar la política presupuestaria desde la Cámara de Diputados.
La hidalguense Nubia Mayorga será la encargada de conducir el gasto desde la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y tiene doble arraigo en el equipo peñista: trabajó como secretaria de Finanzas de Miguel Angel Osorio Chong en Hidalgo y desde ahí hizo migas con su entonces colega Luis Videgaray, del estado de México.
2.- El neolonés Rodrigo Medina rendirá este miércoles su tercer informe de gobierno y hablará del tema más caliente de su estado, la seguridad.
Dará datos como estos: en tres años se han invertido casi dos mil 250 millones de pesos, en los 12 meses previos se han desarticulado 164 bandas del crimen y fueron aprehendidos once mil 588 delincuentes por las fuerzas estatales, el Ejército, la Marina y la Policía Federal.
Otros 17 mil millones se han dedicado a la reconstrucción de infraestructura dañada por el huracán Alex, y se lleva un avance de 96 por ciento.