El ánimo de los mexicanos y la confianza en las instituciones están lastimados por los crímenes de Iguala, la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán y el publicitado conflicto de intereses por parte de funcionarios públicos.
Con este señalamiento inició el presidente Enrique Peña Nieto la lectura de su mensaje a la nación con motivo del tercer informe de gobierno, entregado ayer al presidente de la Cámara de Diputados, el perredista Jesús Zambrano.
Dijo textualmente:
«Estos hechos lastiman el ánimo de los mexicanos y la confianza de las instituaciones. A esto se suma ahora la situación económica».
A continuación se comprometió que en la segunda mitad de su sexenio seguirán “moviendo a México” en estos aspectos, así como en el combate a la corrupción en los órdenes de gobierno municipal, estatal y federal, que molestan e indignan a sociedad mexicana.
Al abundar en su discurso, destacó las reformas estructurales en lo que va de esta administración se han aprobado 90 reformas a 71 artículos constitucionales; además de las 13 reformas constitucionales que ayudarán al desarrollo del país.
“Podemos decir que México se mueve hacia adelante”, aseveró ante gobernadores de los estados, representantes académicos, religiosos, medios de comunicación, secretarios de Estado, funcionarios público y su esposa, la Primera Dama, Angélica Rivera, e hijos.
En el patio central de Palacio Nacional, ante millar y medio de invitados de todos los sectores y la significativa ausencia de dirigentes y legisladores del Partido Acción Nacional (PAN), a excepción de Roberto Gil, el presidente panista del Senado de la República.
La lectura del texto presidencial continúa mientras afuera del recinto hay un rígido cerco de seguridad coordinado por el Estado Mayor Presidencial.
Antes, el primer mandatario envió un mensaje a la nación a través de su cuenta de Periscope:
«Me encuentro en la oficina presidencial de Palacio Nacional preparándome para dar mi Tercer Informe de Gobierno e informar a la sociedad mexicana de los avances que ha habido en la primera mitad de mi gestión», dijo antes de quitarse el saco y cruzarse la banda presidencial.
«Portaré la banda presidencial con gran orgullo y con emoción y con la alta responsabilidad que implica ser Presidente de México».
«Es de gran emoción y de enorme orgullo portar la banda presidencial», indicó.