Pobreza e ignorancia, aún presentes en la primera década del siglo XXI: José Narro

A pesar de que México avanzó en los promedios esconde en la segunda década del siglo XXI “grandes injusticias, diferencias y brechas” que se expresan en pobreza, ignorancia e injusticia, aseguró el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro.

Además de esos problemas de fondo se tienen que resolver problemas coyunturales, como lo es el de la inseguridad, dijo.

Durante la develación de la obra “Los Caminos de la Justicia hacia el siglo XXII” del escultor Sebastián, ubicada en el circuito de Ciudad Universitaria, José Narro enfatizó que frente a esas situaciones “la sociedad debe sacudirse, molestarse, inconformarse, indignarse, y al mismo tiempo, hacerlo con el antídoto para eso, con la ilusión”.

Hizo un nuevo llamado a construir un entramado de derechos sociales que no estén sólo plasmados, sino que se cumplan, que sean efectivamente reclamables por los ciudadanos, efectivamente representados por los programas y acciones de trabajo.

Narro Robles aseguró que México tiene que tomar la decisión de resolver algunos de los problemas de siempre. “Ya no se puede”.

Demandó emprender los grandes cambios y tomar las grandes decisiones, porque “nos pasa que en los promedios mejoramos, pero sucede que esa enorme desigualdad ahí sigue presente, que problemas como la pobreza, la ignorancia y la justicia siguen acompañando a México en la segunda década del siglo XXI”.

Reconoció pertenecer a una generación que no quiere seguirle heredando a las futuras generaciones esas condiciones e hizo referencia al fenómeno social español, un movimiento colectivo, sin conducción política, de una enorme organización, que es el del 15 de mayo (M-15), dijo.

El movimiento de los indignados surgió a partir de un folleto, en el que se convocó a la gente a preocuparse, a molestarse, a indignarse, a que se sacuda por las cosas que están pasando, sostuvo.

Luego en entrevista enfatizó que hay que insistir que “este estado de cosas no puede seguir. No podemos seguir con los niveles de pobreza y desigualdad que tenemos, que México merece un destino mejor. Hay que decirlo y hay que hacer las cosas”.

“Tenemos que encontrar la manera de rediseñar nuestro modelo de desarrollo. Estoy absolutamente convencido que este modelo, en medio de los promedios, esconde las grandes injusticias, diferencias y brechas, y eso no es ya pertinente”.

Propuso transformar esa realidad “inviable e imposible”.

En la inauguración de la escultura del artista Sebastián, creada a solicitud del Poder Judicial, Narro Robles aseveró que para la máxima casa de estudios, junto con el conocimiento, es importante cultivar la belleza y la justicia.

La presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, María del Carmen Alanís, resaltó que la escultura pretende recordar la denuncia de los jóvenes, de que la política y el gobierno ocurran sin tomarlos en cuenta, así como el silencio de muchos otros que no estudian ni trabajan por falta de oportunidades, o no encuentran formas de participación y prefieren alejar se de las cuestiones públicas y dejan atrás sus expectativas y sueños.

“Pareciera anacrónico que a 11 años de iniciada esta centuria, y precisamente en el recinto donde se descifran genomas, se investigan nebulosas planetarias, se simulan espectros de resonancia paramagnéticas, vengamos a proponer un debate de tiempos aristotélicos. Una relfexión sobre a dónde queremos llevar la justicia en el siglo XXII”, expresó la magistrada.

El ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Guillermo Ortiz Mayagoitia, dijo que la obra evoca la convicción por la justicia, esa decisión férrea que nos ha conducido durante siglos a través de caminos que se construyen con sacrificio, tesón y determinación individual y colectiva hacia mejores formas de convivencia.

“Se trata de una figura inmensa, como nuestra decisión soberana por la justicia. Insertada en Ciudad Universitaria, como símbolo de que este último concepto es, en gran medida, derivado de la educación y la formación en valores enseñados a la juventud”.

De la escultura, Sebastián detalló que se trata de una pieza blanca, como deben ser los caminos de la justicia hacia el siglo XXII; receptora de luz, equilibrada; una balanza, símbolo ancestral del equilibrio para representar la justicia; dos mundos que se ven de diferentes perspectivas, dos esferas que tienen diferente posición, pero son idénticas y pesan lo mismo: además de que hay una vara en la parte superior con cónicas, símbolo del espacio-tiempo, en donde se genera toda la justicia.

Agencia El Universal