Poniatowska Premio Cervantes…soy una Sancho Panza femenina

La escritora mexicana Elena Poniatowska recibió hoy aquí el Premio Cervantes 2014 de manos de los reyes de España, con lo que se reconoce su trayectoria literaria en diversos géneros y compromiso con la historia contemporánea.

En un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, al este de Madrid, los monarcas, acompañados del presidente del gobierno, Mariano Rajoy, del ministro de Cultura, José Ignacio Wert y otras autoridades encabezaron la tradicional ceremonia.

Ante autoridades, personalidades del mundo de la cultura, la academia y la diplomacia, Poniatowska se definió como “una Sancho Panza femenina” que recibe este premio y está orgullosa de caminar al lado de los desfavorecidos y de mujeres luchadoras.

“Niños, mujeres, ancianos, presos, dolientes y estudiantes caminan al lado de esta reportera que busca, como pedía María Zambrano, “ir más allá de la propia vida, estar en las otras vidas”. Por estas razones, el premio resulta más sorprendente y por tanto es más grande la razón de agradecerlo”, explicó.

Recordó a las anteriores mujeres que recibieron el Premio Cervantes: María Zambrano, Dulce María Loynaz y Ana María Matute, “las tres Marías, zarandeadas por sus circunstancias, no tuvieron santo a quien encomendarse y sin embargo, hoy por hoy, son las tres mujeres de Cervantes”.

“A diferencia de ellas, muchos dioses me han protegido porque en México hay un dios para cada piedra. Contamos con un dios para cada cosa y no un solo dios que de tan ocupado puede ocuparse”, expresó.

Recordó a Sor Juana Inés de la Cruz, quien “supo desde el primer momento que la única batalla que vale la pena es la del conocimiento, y por eso José Emilio Pacheco la definió: Sor Juana/ es la llama trémula/ en la noche de piedra del virreinato”.

Asimismo, a otras mujeres como Tina Modotti, que bien podría considerarse la primera fotógrafa mexicana moderna, a Leonora Carrington que decidió vivir en México sin saber español, y Rosario Ibarra de Piedra en su lucha contra los hijos desaparecidos.

Remarcó que con este premio se suma Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco, que lo han recibido, y que quisieran que lo tuvieran Rosario Castellanos, María Luisa Puga y José Revueltas, hoy curiosos por saber cuál sería su discurso.

Poniatowska tuvo presente a su madre, la llegada de la familia a México desde Francia en 1942, su asombro al escuchar por primera vez la palabra “gracias” y el gusto de pronunciar Xochiquetzatl, Nezahualcóyotl y Cuauhtémoc.

Refirió “a los de pie, los que hurgan en la basura, los recogedores de desechos en ciudades perdidas, las multitudes que se pisotean para ver al Papa, los que viajan en autobuses atestados, los que se cubren la cabeza con sombrero de palma, los que aman a Dios en tierra de indios”.

La literata se refirió a su marido Guillermo Haro, quien observaba por horas una jacaranda florecida y decía “cómo pasa la vida, cómo se viene la muerta callando”: “Esta certeza también la he hecho mía, mías las jacarandas que cada año cubren las aceras de México, con una alfombra morada que es la de la cuaresma, la muerte y la resurrección”.

“Espero volver, volver, volver y ese es el sentido que querido darle a mis 82 años. Pretendo subir al cielo y regresar con Cervantes de la mano para ayudarlo a repartir, como un escudero femenino, premios a los jóvenes que como hoy, 23 de abril, lleguen a Alcalá de Henares”, añadió.

El rey de España, Juan Carlos de Borbón, destacó que la humanidad, la realidad mexicana, la conquista por la igualdad y la lucha social nutren la obra de Elena Poniatowska.

De la autora de “La noche de Tlatelolco” describió que su vida “es un crisol de lenguas, tradiciones y culturas”, que tuvo al periodismo como ventana para conocer el mundo, y parte fundamental de su quehacer literario, y a la mujer como eje central de los temas que aborda.

Aseveró que “la necesidad de dar voz a los desfavorecidos, de poner en evidencia las contradicciones del progreso, de denunciar la discriminación social y toda clase de injusticias, conforma el espíritu de su producción literaria”.

“Su instinto la lleva a relatar la vida de grandes mujeres que han hecho uso de su genio para reclamar y reconquistar un mejor espacio. Elena Poniatowska hace que las mujeres se elevan con voz propia y encuentren espacios que por justicia les corresponden”, dijo.

Por ello, subrayó que “la conquista de la libertad y de la igualdad tiene en su obra una aspiración universal y trasciende los límites de la clase y el género”.

“La lucha social se convierte de este modo en una defensa de entendimiento mutuo, de la solidaridad, y del encuentro entre individuos históricamente distantes, para crear un espacio compartido que acoja a quienes lo habitan”, precisó.

Por su parte, el ministro español de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio Wert, resaltó que Poniatowska “es testigo, relator y partícipe, en su escritura late siempre un impulso de fidelidad hacia sí misma, y hacia el México que eligió como territorio de su combate por la justicia”.

“Con Poniatowska honramos el espíritu cervantino del idealismo, el profundo y amoroso conocimiento de la realidad del tiempo que le tocó vivir, la oralidad que se hace poesía, el loco quijotismo con el que se enfrenta a lo cotidiano y lo eleva a rango de arte”, añadió.

Poniatowska (París, 1932) llegó a la sede universitaria acompañada por sus hijos Felipe, Emmanuele y Paula, su yerno Lorenzo Hagerman, y algunos de sus nietos, vistió un traje típico de Juchitán, Oaxaca, de colores rojo y amarillo, y anunció que donaría el dinero del premio a una fundación que impulsará.

El premio, dotado de 125 mil euros (casi 170 mil dólares) se entregó por primera vez en 1976 a Jorge Guillén, y desde entonces han sido galardonados 38 autores, en 1979 el premio recayó ex a equo en Jorge Luis Borges y Gerardo Diego, y desde entonces no puede ser dividido ni concedido a título póstumo.

El jurado del premio estuvo presidido por el anterior galardonado, el poeta española José Manuel Caballero Bonald, e integrado por diferentes personalidades de la academia española y latinoamericana

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