
Ciudad del Vaticano.- El Sínodo de los Obispos del Vaticano expresó su preocupación por el impacto de fenómenos como el tráfico de drogas, la migración clandestina, la violencia y la corrupción política en diversos países del Continente Americano.
La reunión se llevó a cabo en Roma los días 16 y 17 de noviembre de 2010 y las conclusiones se difundieron hoy.
‘Ulteriores preocupaciones provienen de la producción y tráfico de la droga, del tráfico de armas, de la violencia y la corrupción política, que son grandes retos para numerosos Estados, no obstante algunos éxitos en la lucha contra tales males sociales’, indicó una nota de prensa.
Además, se afirma que el movimiento migratorio es uno de los aspectos de ‘mayor preocupación’, porque provoca el empobrecimiento de recursos humanos en los países expulsores y problemáticas sociales en las naciones que reciben a los inmigrantes.
Además denunció que los inmigrantes en situación irregular afrontan ‘graves dificultades’ y, a menudo, son deportados con la fuerza a sus países de origen.
En la reunión, en la cual participó el cardenal mexicano de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, se abordó la promoción de ‘leyes contrarias a las normas éticas’, por ejemplo del aborto, la eutanasia y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Según explicó el mismo Sandoval Iñiguez, durante el encuentro él advirtió de los cambios legislativos ‘no conformes a los valores cristianos’ y del intento de actores políticos por marginar a la Iglesia católica del debate sobre estos asuntos.
Al respecto la nota del Vaticano constató que ‘no faltan intentos ideológicos de revisar los ordenamientos constitucionales y legislativos, provocando tensiones internas, también con las Iglesias locales, con repercusiones en las relaciones internacionales’.
‘En este contexto se busca ignorar a la Iglesia católica, excluyéndola como interlocutor en el diálogo social, no obstante la alta credibilidad de la cual goza a nivel popular’, apuntó.
También incluyó entre los signos de preocupación a la ‘alarmante’ realidad social que vive Haití como consecuencia del terremoto, situación que se extiende en el tiempo y es agravada por la epidemia de cólera
Agencia El Universal