México, D.F.- Para proteger a los consumidores preocupados por el medio ambiente, la senadora del PRI, Margarita Villaescusa Rojo, propuso una iniciativa para que la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) certifique los productos de bajo nivel de contaminación y otorgue una etiqueta ecológica que acredite a un bien o servicio de bajo impacto con el medio ambiente.
Las modificaciones a la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente, y la Ley Federal de Protección al Consumidor, también establecen que los productos o servicios que no cuenten con la autorización para usar etiquetas ecológicas no podrán publicitarse a través de términos como ecológico, bio, eco, verde, sustentable, amigable con el ambiente o cualquier otro similar.
Villaescusa Rojo explicó que, “lo ‘verde’, al ser un mercado que continúa en crecimiento ha propiciado que varias personas se aprovechen de esta situación y como estrategia de mercadeo lancen productos y servicios ‘ecológicos’ o ‘verdes’ para captar a ese segmento de la población interesada en cuidar el medio ambiente, pero los cuales no están sujetos a un sistema de control que garantice la veracidad de su oferta”.
La legisladora por el estado de Sinaloa apuntó que sería la Semarnat la responsable de indicar el procedimiento de solicitud y estudio para otorgar la etiqueta ecológica, así como establecer los productos y servicios a los que se les podrá otorgar, y excluir las sustancias calcificadas como tóxicas o peligrosas.
Los aspectos con los que tendrían que cumplir los productos y servicios de la etiqueta ecológica, son con puntos como calidad del aire, agua, protección del suelo, disminución de residuos, ahorro de energía o gestión de recursos naturales.
En ese sentido apuntó que con esta medida se contribuye a que los propietarios de los medios de producción tomen conciencia de que generar riqueza y cuidar el medio ambiente no van en sentido opuesto y que la implementación de tecnologías limpias en el desarrollo de actividades productivas, traerán beneficios a todos.
Y es que desde los últimos 10 años, la etiqueta ecológica en la Unión Europea se ha convertido en un símbolo de alcance europeo que identifica a los productos y proporciona a los consumidores orientación e información sobre los productos.
La iniciativa que se encuentra en comisiones del Senado señala que desde finales de los años 80 en los países de la Unión Europea se originó un auge por los negocios y productos “verdes”, lo que obligó a crear normas para regular su etiquetado y poner orden en la publicidad de mercancías que se ostentaban como tales.
Margarita Villaescusa Rojo concluyó que, “la etiqueta ecológica constituye un sistema de certificación cuyo objetivo es ayudar a los consumidores a identificar los productos y servicios con las menores repercusiones sobre el medio ambiente”.