Puntales – Ante gasolinazo, petulancia y arrogancia gubernamental

• Los enredos de Meade
• Comparativos sesgados
• Gasolina más barata en EU
• Se desata inflación

Mal inicio de año para México, plagado de incertidumbre por la fragilidad de la economía interna y amenazas de políticas externas. La única certeza que se tiene es precisamente la incertidumbre que ha desatado entre la población el gobierno federal con sus erróneas políticas públicas, como decretar el gasolinazo en aras de generar más ingresos para el erario y mayores inversiones privadas en el sector energético.

No deberíamos olvidar, sobre todo el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto, que la actual crisis económica en Venezuela, que derivó posteriormente en la crisis política que hoy padece ese país sudamericano, comenzó con una abusiva alza en el precio de los combustibles –siendo aquella una nación eminentemente petrolera–, desabasto de combustibles y alza generalizada de precios, lo que desató la ira de la sociedad que aún no termina.

Y es que ayer, por tercer día consecutivo, se realizaron protestas en distintos puntos del país, que van desde los bloqueos de carreteras, avenidas y calles y en varias ciudades, toma de gasolineras y pleitos entre los mismos ciudadanos por esta peculiar y abusiva alza en los precios de los combustibles.

Lo grave del asunto es que ante la generalización de dichas manifestaciones, la respuesta del gobierno federal ha sido la misma de siempre durante esta administración: soberbia y petulancia.

No hay marcha atrás en el gasolinazo, dijo Miguel Messmacher, subsecretario de Ingresos de la Secretaría de Hacienda. Es más, afirmó que hacía falta un aumento en el precio de los combustibles y ya no podía retrasarse la decisión debido a que, según sus explicaciones, la liberación de los precios de los combustibles estaba planeada desde hace mucho tiempo, pero que desafortunadamente coincidió con un alza en los precios internacionales del petróleo. Nada más ridículo que eso.

La desregulación tiene como fin acabar con los subsidios que, según el gobierno, benefician sobre todo a los mexicanos adinerados, y atraer la participación del sector privado al recién abierto mercado de combustibles.

Los enredos de Meade

En su defensa de la abusiva alza en el precio de los combustibles, desde el pasado fin de semana José Antonio Meade Kuribreña, secretario de Hacienda y Crédito Público, una y otra vez ha reiterado en defensa del alza de los combustibles que el incremento es para mantener saludables las finanzas públicas de México. Había alternativas, dijo, como incrementar los impuestos, incurrir en más deuda, o recortar programas sociales de salud y educación, sin embargo, ninguna de ellas ocurrió, sólo gracias a los ingresos proporcionados por el aumento en el precio de los combustibles.

Más aún presentó un comparativo de precios de las gasolinas en otras partes del mundo, con lo que pretendió demostrar que México es de los países con el precio más bajo, comparativo internacional que, por supuesto y como suele suceder en este tipo de demostraciones, no toma en cuenta el nivel de ingresos de la población.

Al respecto cabe destacar que la agencia Bloomberg realizó además un comparativo en el que se explica por qué los mexicanos sí somos de los que más pagan por gasolina en el mundo, a pesar de que su precio no sea de los más altos a nivel global, como lo plantea el gobierno mexicano.

En la gráfica de la Secretaría de Hacienda, México aparece como el noveno lugar con la gasolina más barata, respecto a los 37 países enlistados, incluso por debajo del promedio de 22.38 pesos, con un precio de la gasolina Magna de 15.99 pesos, proyectado para este año por la SHCP.

Sin embargo, en su cálculo, Bloomberg compara estos precios con el salario mínimo en los diferentes países, comprobando que los mexicanos pagan más por gasolina a pesar de tener precios relativamente bajos.
En el gráfico, la agencia detalla que los mexicanos destinan cerca del 3.5 por ciento del salario mínimo para comprar un litro de gasolina, a diferencia de países como Suiza, en donde a pesar de tener un precio en la gasolina Magna de 28.38 pesos por litro, se destina menos del 1 por ciento del salario mínimo para adquirirlo.

En su más reciente edición la revista Proceso detalla el principal trasfondo de ese abusivo plan en contra de la población. El reportaje del colega Carlos Acosta, da cuenta que en su ir y venir en defensa el gasolinazo, el secretario de Hacienda al final terminó enredándose él mismo y reveló el verdadero objetivo y la causa del aumento de precio a las gasolinas:
ofrecerle a los empresarios gasolineros nacionales y extranjeros un margen de ganancias tal que los haga interesarse en infraestructura de almancenamiento y transporte y, a fin de cuentas, poner más gasolineras.

Por ello era necesario, dijo el secretario Meade, subir el precio de las gasolinas, porque de otra forma “nadie iba a invertir en infraestructura, ni en ductos ni en gasolineras, si no tenía la certeza de que el precio iba de veras a reflejar los costos tanto el logística como el costo de “la molécula”, el costo del petróleo que entra en la producción de la gasolinas”.

La SHCP será la encargada de fijar precios máximos a los combustibles, previo al proceso de liberalización que comenzará en marzo, por lo que desde el primer día del 2017 las gasolinas Magna, gasolina Premium y el diesel incrementaron sus precios en 14.2, 20.1 y 16.5 por ciento, respectivamente.

Gasolina más barata en EU

El gobierno federal ha dado a entender que la razón de este aumento en el precio es que en el último año el peso mexicano se depreció 20% frente al dólar y el precio promedio de la gasolina en Estados Unidos aumentó 10.0%.

Sin embargo, antes del gasolinazo de inicio del año el precio de la gasolina en la Unión Americana era 11.0% más barata (en pesos) de lo que costaba hasta el sábado pasado en México. Además de que el precio allende la frontera norte aún está 45% por debajo de lo que le costaba a un ciudadano estadounidense durante la crisis económica de 2008-2009.

Gran parte de este incremento es resultado de una política energética en los últimos 70 años que llevó a México a depender de las importaciones de gasolina, en lugar de refinarlas en el país. México hoy compra en el exterior seis de cada 10 litros que consume (principalmente de EU).

Además, desde que el precio del petróleo bajó más del 50% (en 2014), el gobierno al no disminuir el precio al consumidor de la gasolina, ha pasado de subsidiarla directamente a cobrar un impuesto por el diferencial. Este impuesto le ha sido muy útil para cubrir la importante baja de ingresos públicos relacionados con la producción y exportación de petróleo.
Sin embargo, en 2016, el diferencial disminuyó con la recuperación del precio de las gasolinas, mismo que para este año lo fijarán en un porcentaje de impuesto (IEPS) de más del 20%. Lo que explica el por qué el precio de la gasolina para este año será mucho más alto que el observado en EU.

El consumidor no sólo se verá afectado por el impacto que tenga en su gasto con el aumento en la gasolina, sino que también sobre muchos otros productos y servicios que aumentarán de precio para cubrir la subida del costo de sus insumos de transporte.

Para la senadora del PRD Dolores Padierna, bajo este escenario el aumento al precio de la gasolina sólo refleja el fracaso de la reforma energética impulsada en 2013. La reforma prometía, entre otras cosas, que aportaría 1 por ciento adicional al crecimiento económico del país, para incrementarse gradualmente hasta llegar al 3 por ciento en 2025.
Sin embargo, analistas privados de diversas instituciones financieras han emitido sus expectativas de un crecimiento paupérrimo para este año. En su encuesta de expectativas a especialistas del sector privado, Banco de México estimó que la economía mexicana cerraría el año con una expansión en el PIB de apenas el 1.6 por ciento.

En opinión de Gerardo Esquivel, doctor en Economía por la Universidad de Harvard y profesor de Economía en la UNAM, era absurdo prometer que a partir de la reforma los precios de las gasolinas iban a bajar siendo que, al depender en gran medida de la gasolina importada, el precio de la misma quedaría implícitamente determinado por el precio de referencia internacional, así como del tipo de cambio.

Inflación desatada

La gasolina es considerada el principal bien y servicio con efectos multiplicadores en los precios de otros bienes. En los últimos meses, el productor ha enfrentado mayor inflación que el consumidor debido a la fuerte depreciación del tipo de cambio que afectó el precio de sus insumos (la mayoría importados), así como mayores costos de financiamiento por los constantes incrementos en las tasas de interés.

Los productores de los bienes y servicios, tendrán un incremento en sus costos debido a su pago adicional en su combustible. Es muy probable que en el corto plazo, el empresario busque trasladar parte de estos nuevos mayores costos en el precio final de los bienes y servicios, lo que presionaría a la inflación al consumidor y las expectativas los agentes económicos de futuras alzas en precios.

La inflación en México cerrará 2016 cerca del 3.50%, pero es probables que continúe con la tendencia alcista y quizá alcance hasta el 5.0% en algún momento del año, para cerrar 2017 en niveles cercanos al 4.5% anual. El incremento en el precio de la gasolina provocará que la inflación mensual en enero sea cercana al 1.0% (4.0% anual). La estabilidad de precios siempre es un escenario frágil y vulnerable, por lo que la tasa de inflación puede aumentar de forma rápida en poco tiempo.

Las tasas de inflación altas persisten en la memoria de la gente y tienen efectos adversos duraderos. Lograr la estabilidad de precios ha sido muy difícil para la autoridad monetaria, pero mantenerla es igual de trascendental.
Síganos en www.habitatmx.com . Escríbanos también a avargas@habitatmx.com
*Periodista, Director General de la Revista Hábitat Mx