
· Se revela la banca ante Basilea III
El presidente electo Enrique Peña Nieto dio a conocer ayer su equipo de transición para coordinar la entrega de la administración pública por parte del gobierno del presidente Felipe Calderón. El interés por el grupo radica en que es el preámbulo para la conformación del gabinete del mexiquense.
En el área económico-financiera sobresalen dos nombres que sin duda tendrán un papel relevante en el gabinete económico: Luis Videgaray Caso, quien incluso pudiera ser nombrado jefe de la Oficina de la Presidencia, teniendo intervención tanto en la parte económica como en la política, y el que fuera enlace del entonces candidato con los empresarios del país, Ildefonso Guajardo Villarreal.
En estos meses de transición sería prudente que el equipo peñista pusiera toda la debida atención a las propuestas ciudadanas y de los empresarios, para iniciar un gobierno de consenso, y sobre todo que las medidas, planes y programas tengan la viabilidad para ser aterrizados y no quedar como meras buenas intenciones o incluso en ocasiones hasta contraproducentes para las actividades económicas y financieras.
En este sentido el papel de la banca de desarrollo deberá ser revisado exhaustivamente porque durante los gobiernos panistas ha dejado mucho que desear, pues lejos de favorecer la dispersión del crédito vía los intermediarios financieros no bancarios, ha colaborado para su concentración en los oligopolios bancarios internacionales, y siempre bajo una política sumamente conservadora, anticíclica, privilegiando los esquemas de garantías que de fomento padecen muchas debilidades.
Agrupaciones empresariales como la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE), que preside Roberto Ureña Rangel, tienen casi listo todo un estudio sobre la banca de desarrollo, que incluye un diagnóstico objetivo de su desarrollo y participación en la economía nacional, y una serie de propuestas para que su operación sea más eficaz y productiva para el beneficio y crecimiento del país.
El estudio lo darán a conocer en su próxima convención anual que celebrarán el próximo mes en Acapulco, por lo que sería extraordinario que un representante de primer nivel del equipo de Peña Nieto, asistiera para conocer a fondo la problemática, el potencial y las propuestas de la reunión más importante a nivel nacional de los intermediarios financieros no bancarios.
Regresando al tema del equipo del que será próximo presidente de la República, es incomprensible ese “negrito en el arroz” que significa la ex perredista Rosario Robles, al frente de la política social. Sin representatividad que la respalde y desprestigiada por los escándalos de corrupción de su expareja Carlos Ahumada con René Bejarano y otros perredistas, no es la persona idónea para socavar a su ex partido en el dominio del Distrito Federal, si es que esa es la “estrategia”.
Se revela la banca ante Basilea III
Con periodicazos, filtraciones y utilizando a los columnistas de los medios que son de su propiedad, léase Multiva, los bancos iniciaron una pequeña revuelta en contra de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores que preside Guillermo Babatz Torres, debido a las imposiciones que se derivarán de la aplicación del Acuerdo Basilea III para fortalecer la capitalización de las instituciones y evitar cualquier crisis financiera en el país, similar a las que están ocurriendo en el viejo continente, particularmente en España, donde BBVA y Santander tienen sus casas matrices.
En este tema hay dos flancos: por un lado, los grandes bancos internacionales que sí cobijados por la Asociación Bancos de México (ABM), se quejan de que serían obligados a cotizar en bolsa si realizan determinadas emisiones que les son muy importantes en su captación de recursos. Incluso, a través de sus voceros oficiosos, llaman a esto un intento de “mexicanización” de la banca.
En el otro flanco están los bancos de menor tamaño y de capital nacional que, encabezados por esa rara y ambigua asociación Unifim (Unión de Instituciones Financieras Mexicanas), en la que Banco Azteca liderea tras bambalinas, se oponen a que México sea el primer país en el mundo en el que se apliquen los criterios contables de tal acuerdo, ya que ello limitaría su flujo de crédito y por tanto su negocio, favoreciendo de este modo la concentración del financiamiento en los grandes bancos.
Sobre este tema, la opinión más curiosa pero sintomática la ha dado el director general de CIBanco, Mario Maciel, quien en varias entrevistas ha dicho: “Basilea III es como la moda: nunca debes ser el primero pero tampoco nunca debes el último”. De nuevo un tema en el que el equipo de Enrique Peña ya debería tener puesta la mira.
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*Periodista. Licenciado en Ciencias de Comunicación y Derecho