PUNTALES – Guillermo Ortiz y su gusto por los consejos regionales

· Fovissste, 40 años

· Inmobiliarias fantasma

Grupo Financiero Banorte instaló sus consejos regionales, esos organismos que ha conformado en los últimos meses en la zona metropolitana de la ciudad de México, Monterrey, Culiacán, Guadalajara y Mérida, con la participación de empresarios influyentes de cada zona geográfica del país con el fin de, como se indica oficialmente, “apoyar al presidente del Consejo de Administración -o sea a Guillermo Ortiz Martínez- a través de un intercambio directo de experiencias y opiniones, en la consolidación de una oferta de productos y servicios más acorde a las necesidades de las empresas en cada zona del país”.

Anoche hubo una cena en el Castillo de Chapultepec a la que asistió el presidente electo Enrique Peña Nieto, y hoy se llevará a cabo un evento en el que participarán varios ex presidentes, como Allan Greenspan de la FED y Ernesto Zedillo y Ricardo Lagos, de México y Chile.

El evento cobra mayor relevancia por la etapa que cruza Banorte y su empresa hermana, Gruma, en cuanto a la disputa por su control accionario entre los familiares de su fundador recientemente fallecido Roberto González Barrera, y la irrupción del empresario Fernando Chico Pardo, alguna vez ligado fuertemente al hombre más rico del mundo, Carlos Slim.

Pero también nos hace recordar el gusto de Guillermo Ortiz por los consejos regionales y vale la pena rescatar aquella historia de consejeros de Bancomer, el banco del cual también fue presidente del Consejo de Administración, pero en su última etapa como institución estatizada.

Sucedió en pleno proceso de reprivatización de la banca, en el sexenio salinista, cuando Guillermo Ortiz era subsecretario de Hacienda y el titular de ésta era Pedro Aspe. Para la adquisición de Bancomer se aceptó la participación de tres grupos encabezados por Eugenio Garza Lagüera, Gastón Luken y su fundador y ex accionista mayoritario Manuel Espinosa Yglesias.

Espinosa Yglesias planteó una alianza precisamente a los consejeros regionales de Bancomer, que también habían sido accionistas del banco previamente, para que juntos recuperaran lo que alguna vez fue suyo. Eso no estaba previsto en la “estrategia” reprivatizadora diseñada por Salinas, Aspe y Ortiz, por lo que éste operó inmediatamente para debilitar a la puja del empresario poblano.

Como presidente del Consejo de Administración de Bancomer, ordenó a su amigo de juventud, Adolfo Lagos Espinosa, quien era director general adjunto y … ¡sobrino de Espinosa Yglesias!, que realizara reuniones con los consejeros para plantearles que su participación como posibles accionistas la garantizaba el gobierno, ganara quien ganara la subasta. Con ello Manuel Espinosa Yglesias se quedó solo y su propuesta fue la más pobre. El ganador fue el grupo del también finado Eugenio Garza Lagüera.

Ahora la pregunta surge: ¿Dada la magnitud de los eventos y la relevancia que se les otorga, pasará por la mente de Guillermo Ortiz que los consejeros regionales de Grupo Financiero Banorte tengan una participación más allá de ser simples asesores de negocios, sobre todo en esta etapa de jaloneos por la herencia de Roberto González Barrera?

Fovissste, 40 años

Y hablando de instituciones financieras de gran trasndencia y con motivo de la celebración de sus primeros 40 años de existencia, el FOVISSSTE publicó un libro conmemorativo que recoge, en esencia, el andar de la institución durante cuatro décadas, hasta llegar a la gran transformación de la que fue objeto en el último sexenio.

La ceremonia de presentación del libro “FOVISSSTE Cuatro Décadas” estuvo encabezada por el Vocal Ejecutivo, Manuel Pérez Cárdenas. En el libro se narran las propuestas y los hechos, los cambios y las transformaciones, los retos y la manera como fueron superados, así como los resultados obtenidos en Fovissste.

Si bien es cierto que con la fundación del FOVISSSTE abría la posibilidad de que los servidores públicos accedieran a una vivienda digna, también lo es que sus acciones no fueron del todo acertadas.

La construcción de las grandes unidades habitacionales significó inmensas

inversiones, altísimos costos y problemas para la recuperación de los fondos. como resultado de esto, la institución estaba ante un futuro sombrío.

Además de este problema, existía una marcada discrecionalidad en el otorgamiento de las viviendas, lo que significó prácticamente la cancelación de un derecho, de una prestación a la que legítimamente debían tener acceso los trabajadores al servicio del Estado.

Durante este sexenio, el FOVISSSTE ha tenido más transformaciones que durante sus 34 años de vida anteriores. Las cifras y los resultados —al igual que los logros y los cambios — están a la vista de todos.

Inmobiliarias fantasmas

De acuerdo con un reciente estudio del Colegio Jurista, cuya rectoría está a cargo de Jorge Manriquem, el 32% de las transacciones de inmuebles son fraudulentas, lavan dinero o evaden al fisco, pues menciona que el negocio inmobiliario representa 500,000 millones de pesos al año.

“Como cualquiera puede comprar y vender bienes raíces sin registrarse ante una entidad pública, hasta siete de cada 10 operaciones se realizan en total informalidad y evasión fiscal. De manera paralela aumentan los fraudes en este sector por la multiplicación de inmobiliarias fantasmas”, refiere Manrique.

Ya que en el país no existe ninguna ley que regule al comercio inmobiliario, es un paraíso para lavar dinero, cometer fraudes o no pagar impuestos, según advierte el especialista. “El vacío legal del sector genera fraudes en la compra-venta de una propiedad. El caso más común en inmuebles usados es comercializar propiedades ajenas mientras en inmuebles nuevos es vender conjuntos habitacionales, espacios comerciales e incluso parques industriales con simples renders y showrooms”, menciona el jurista.

“En el fraude juega un papel relevante la seducción de un concepto. El adquirir algo con descuentos de preventa es un gancho efectivo, al igual que la rápida venta de un inmueble. La ilusión genera importantes pérdidas patrimoniales”, refiere Manrique.

Por otra parte, la compra-venta de inmuebles es uno de los sectores predilectos para el lavado de dinero ilícito procedente de narcotráfico, secuestro o extorsiones. “Los montos de operación son altos y permiten el blanqueo de capitales procedentes de otros países a donde se genera la transacción o en diferentes entidades”, comenta el jurista quien advierte que existen más fraudes en propiedades de segundo uso por una cuestión estadística: superan en 300% a los inmuebles nuevos.

El estudio del Colegio Jurista refiere que debido a que cualquier persona puede vender inmuebles sin la necesidad de registrarse en la Secretaría de Hacienda o alguna dependencia municipal o estatal, ese anonimato incita a que los estafadores vendan o renten terrenos y casas usadas sin el permiso de sus propietarios o “vendan ideas sin ladrillos”, ¿será?

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*Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Derecho.