
* El regreso del sobrino incómodo
* Mexican Housing Night
* No cesa la parálisis presupuestal
* Construcciones botín de delegados
Fallaron nuevamente Luis Peña y sus “estrategas” en su segundo intento para empoderarse en la presidencia de la Asociación de Bancos de México (ABM). No obstante los dimes y diretes que se han planteado a raíz de este tema, la realidad es que equivocaron el camino, no leyeron bien los tiempos políticos y pecaron de soberbia y falta de humildad.
Como en los viejos tiempos, cometieron el error de primero “posicionar” al candidato en los medios que entre los votantes, que es un “público” de unos cuántos que no se manipula con “líderes de opinión”, ni abusando del poder que da la pauta publicitaria.
La pregunta es: ¿por qué no sondearon primero entre los banqueros si la candidatura era bienvenida y sobre todo si tendría la luz verde de ese grupo poderoso e influyente en que se ha convertido Grupo Financiero Banorte para lanzarse públicamente en su aventura?
Lo lamentable es que ahora, en evidente resentimiento, se lanzan en contra de la alternativa que representa el presidente de Grupo Financiero Banorte, Javier Arrigunaga, evocando una supuesta ilegalidad en su candidatura.
Responsabilizan de su infortunio a Guillermo Ortiz Martínez, presidente de Grupo Financiero Banorte, empresa de la que salieron por todavía misteriosas razones que su fundador, Roberto González Barrera, tuvo a bien tomar en cuenta.
Ortiz Martínez habla así de González Barrera en una entrevista para la versión mexicana de la revista que gusta de enlistar a los hombres más ricos del mundo, en un gran trabajo de la colega Lourdes Contreras: “Desarrollé una relación muy estrecha a lo largo de los años, hablábamos de México, del mundo, del sistema financiero, de política … éste último era un tema que le gustaba mucho”. ¿Así o más claro?
El regreso del sobrino incómodo
Y hablando de Guillermo Ortiz Martínez es extraño el hecho de que no haya rescatado a su gran amigo de juventud Adolfo Lagos Espinosa, el sobrino incómodo de Manuel Espinosa Yglesias, el fundador y ex accionista principal de Bancomer antes de ser nacionalizado en las postrimerías del gobierno de José López Portillo.
La leyenda que corre por avenida Universidad, número 1200, de la ciudad de México, es que Lagos fue catapultado por Ortiz Martínez, en los tiempos del banco en manos del Estado, como “gran banquero” cuando su tío lo había relegado durante mucho tiempo en mandos medios y sin gran relevancia.
Durante la estatización Lagos Espinosa no renunció al banco, por lo contrario se involucró más y, durante el proceso de reprivatización del banco, operó junto con Ortiz Martínez la estrategia para que Espinosa Yglesias no recuperara el banco que alguna vez propiamente fue suyo.
Luego de una larga estancia de destierro directivo, pues Santander lo puso a cargo de un área en España, como premio de consolación porque perdió la dirección del banco en México, en competencia con Marcos Martínez, regresa a México como directivo de Televisa colocado en la empresa telefónica Unefón, de la cual es socio con TV Azteca. Esperemos que haya ganado algo de humildad en todo este proceso.
Mexican Housing Night
Parte en broma y parte en serio, analistas del sector vivienda proponen que se cambie por lo menos en este año los eventos de promoción de la industria de la vivienda mexicana que se realizan en Nueva York y Londres, de Mexican Housing Day a Mexican Housing Night.
Apenas el miércoles de la semana pasada se comentaba en este espacio de la “tormenta perfecta” que se está gestando en el sector vivienda, cuando el siguiente viernes la calificadora Fitch Ratings emitió un comunicado con el que puso en perspectiva negativa la calificación de varias de las empresas desarrolladoras más importantes del país.
Uno de los temas que se destacan son las famosas reservas territoriales, es decir esas grandes extensiones de terrenos que acostumbraban comprar las empresas en zonas inhóspitas fuera de las ciudades, para construir unidades habitacionales que ahora, en algunas zonas del país, están habitadas por la delincuencia, pues sus dueños las abandonaron y dejaron de pagar.
El cuestionamiento es: ¿qué se va a promover en los mercados financieros internacionales cuando ni la Conavi ha sabido explicar en qué consiste la “nueva política de vivienda” del gobierno federal?
Parálisis presupuestal
En casi 100 días de gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto la parálisis presupuestal es la constante que ya comienza a generar severos cuestionamientos, malestar y mucha preocupación entre los sectores productivos del país.
Si bien es cierto que los dineros públicos se deben cuidar al máximo, de acuerdo con el compromiso y la oferta política que planteó el mandatario desde que era candidato presidencial, lo cierto es que por ningún lado se ven signos de que el presupuesto comience a fluir para no detener el ritmo de la economía.
Y de ello han dado cuenta diversos actores económicos, quienes destacan que, al menos en este primer trimestre del año, la economía prácticamente quedará rezagada, pues si quieren alcanzar niveles de crecimiento superiores a tres por ciento, es fundamental la inversión pública. Desafortunadamente, la privada se mueve en la misma dirección que la gubernamental.
Para muchas empresas y empresarios, el asunto presupuestal y las inversiones es como el juego de naipes, “pago por ver”, o sea, desembolso si me permites ver en qué dirección te mueves. Si no, ahí me quedo y no invierto.
Fernando Galindo Favela, subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dejó entrever que la parálisis presupuestal en lo que va de la presente administración es un asunto de regulaciones, reglamentaciones y anexas, que está por resolverse, por lo que se lleva a cabo, dijo, una revisión integral de las reglas de operación del presupuesto. “Ejerceremos de manera pronta y expedita el presupuesto federal”, dijo.
Si bien la actual administración está comprometida con la rendición de cuentas y la transparencia en el ejercicio de los recursos para recuperar la confianza de la sociedad, según lo expuesto por Fernando Galindo Favela, lo cierto es que miles de pequeñas y medianas empresas, las mayores generadoras de empleo en el país, siguen condenadas a su desaparición en breve si no les fluye dinero.
Construcciones, botín delegacional
Y mientras los actores reales de la producción y el empleo en este país padecen la sequía de recursos por la falta de inversión pública, brotan por otro lado los escándalos de corrupción y extorsiones millonarias, por supuesto negados como siempre por los funcionarios públicos involucrados o acusados.
Tal es el caso del jefe delegacional en Coyoacán, Mauricio Toledo, quien para no clausurar una obra de 120 departamentos en la calle Céfiro 120, en la colonia Insurgentes Cuicuilco, presuntamente extorsionó con 1.6 millones de pesos al representante jurídico de la empresa que la desarrolla.
El asunto no es sólo de Coyoacán, de hecho es Construcciones, botín en delegaciones
una constante en todas las demarcaciones de la capital del país.
Otro caso. En el tema de las construcciones, la ilegalidad marcó de principio a fin a la administración delegacional panista que acaba de terminar y de la cual Jorge Romero Herrera, el nuevo delegado, formó parte destacadísima. En un sector claramente definido por la colusión corrupta entre autoridades y algunos desarrolladores, las normas legales son usadas como coartada. Cuatro casos de edificios claramente irregulares ejemplifican el final del trienio en Benito Juárez.
“Libre en el Sur”, publicación que dirige el renombrado periodista Francisco Ortiz Pinchetti, se dio a tarea de investigar y publicar desde hace un par de meses las irregularidades cometidas por diversos desarrolladores en Benito Juárez, sin que, hasta el momento las autoridades hayan hecho algo al respecto.
Al menos cuatro edificios construidos por una misma empresa inmobiliaria, Coinasa, en la delegación Benito Juárez, violan la ley. Son ejemplo, al final de la administración delegacional encabezada por Mario Alberto Palacios Acosta, de algo que fue una constante en el trienio: las construcciones irregulares.
Y es que las limitaciones legales impuestas desde el año 2004 a las autoridades delegacionales –que antes eran las que otorgaban los permisos de construcción, hoy inexistentes— les sirven ahora como coartada para, cuando menos, hacerse de la vista gorda ante flagrantes infracciones a la reglamentación vigente. “No es cosa nuestra”, alegan, aunque tengan la obligación de vigilar y sancionar el cumplimiento de la norma.
Lo que es claro es que del color que se tiñan las delegaciones políticas, amarillo, rojo o azul, las construcciones siguen siendo un auténtico botín para sus titulares y camarillas.
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*Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Derecho