•El banco de Canacintra
•Plan para vivienderas llena vacíos
•Sergio Hidalgo y OHL, contratos garantizados
Son notablemente diferentes las posturas de las dos principales asociaciones de sociedades financieras de objeto múltiple (sofomes), frente a la reforma financiera que planteó el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto y que actualmente se analiza en el Congreso de la Unión.
A través de foros, los legisladores han recogido las opiniones de las diversas organizaciones gremiales financieras. Mientras los banqueros tratan de limitar la intervención del gobierno en sus políticas crediticias, los intermediarios no bancarios claman por mayor atención de la autoridad, fondeo de la banca de desarrollo y legislación y costos regulatorios adecuados a cada figura jurídica precisamente para poder ofrecer más crédito productivo.
Sin embargo, en el caso de las sofomes nos enfrentamos a dos visiones totalmente disímbolas, la de la Asociación Mexicana de Entidades Financieras Especializadas (AMFE) y la de la Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Asofom).
Primero se debe aclarar que entre las dos agrupan a casi 200 de las más de 4 mil sofomes que se calcula existen en todo el país, es decir sólo el 5 por ciento pertenece a una asociación.
Pero es justo decir que las que pertenecen a la AMFE representan en términos de cartera de crédito, más del 2 por ciento del Producto Interno Bruto, pues ahí están las sofomes más grandes e importantes del país.
La Asofom no da a conocer el tamaño de su cartera quizá por lo reducido de su dimensión, ya que agrupa a las sofomes más pequeñas y de reciente creación. Por cierto, y para reforzar el desorden en este sector, hace poco le surgió un competidor: la Asociación de Sociedades Financieras en Crecimiento (Asocre).
Visiones opuestas
En el foro sobre la reforma financiera que organizó en el Senado el Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática, destacaron esas visiones opuestas.
El primer punto fue la regulación. La AMFE plantea incorporar esquemas de mayor regulación y supervisión para la sofomes, es decir corregir ese gran error del ex secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco Gil Díaz, de crearlas en un ámbito totalmente desregulado.
El gobierno actual no quiere saber nada de los no regulados, lo dicen en corto tanto las autoridades financieras como los directores de la banca de desarrollo.
La AMFE propone que la Secretaría de Hacienda y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores acepten a las sofomes que voluntariamente soliciten su regulación y supervisión, y que se identifiquen como relevantes a las sofomes con suficiente capital y operaciones y estructura profesionales.
La Asofom rechaza la regulación y se arropa con el argumento del que fuera uno de sus impulsores y protectores, el ex presidente de la Condusef, Luis Pazos, en el sentido de que las sofomes son supervisadas por este organismo. El problema es que la supervisión que evitan es la de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que es la revisión constante de capital, reservas, cartera de crédito, utilidades, socios, etcétera. El revisar y calificar manuales, publicidad, contratos y demás, y la aplicación de programas antilavado no sustituyen a la supervisión financiera.
Otro punto importante fue el tema del fondeo de la banca de desarrollo. La Asofom pide que sus socios tengan acceso a los programas de garantías que Nafin lanzó recientemente, sin ofrecer nada a cambio en términos regulatorios.
Los socios de AMFE tienen acceso a la banca de desarrollo y en particular de Nafin. De hecho, actualmente sostienen reuniones ambas instituciones para analizar cuáles son los mecanismos y estrategias a adoptar para agilizar y mejorar el flujo de los recursos. Sugieren homologar trámites y procesos para la banca de desarrollo en general.
El tema de fondo es que las sofomes o ex sofoles han demostrado que es un intermediario financiero que, por su especialización, puede llevar el crédito a los sectores productivos, regiones del país y mercados que a los bancos se les complica. Sin embargo, sería prudente que se aprovechara a la reforma financiera para tomar medidas que orienten al sector hacia un mercado depurado, transparente, totalmente legal, capitalizado y ordenado.
El banco de Canacintra
Por cierto y hablando de la Asofom, resulta que su fundador, Juan Carlos Sierra, participa en la confusión generada por la Canacintra cuando un día anuncia que creará un banco de nicho y al siguiente se auto desmiente para decir que en realidad se utilizará a una sofom. Lo curioso es que Sierra se decidió por crear su asociación de sofomes porque se le hizo muy cara la afiliación a la AMFE. ¿Le habrá ido tan bien que en tan poco tiempo tiene el capital suficiente y capacidad de atender a los más de 50 mil afiliados al organismo empresarial?
Plan para vivienderas llena vacíos
El viernes por la tarde, después del cierre del mercado, varias dependencias federales, lideradas por la Secretaría de Hacienda y la de Desarrollo Territorial y Urbano llevaron a cabo una conferencia telefónica con los analistas bursátiles para ofrecer más detalles sobre el Plan Nacional de Vivienda que entrará en vigor en 2014 para fomentar la inversión en el sector.
Teniendo en cuenta que las tres mayores constructoras de vivienda del país se encuentran en procesos de reestructuración de deuda, el objetivo del gobierno en estos momentos no es atraer las inversiones bursátiles, sino asegurar que existe suficiente disponibilidad de crédito y estímulos que permitan un crecimiento modesto entre las constructoras más pequeñas y privadas que contrarresten el colapso de las grandes constructoras que cotizan en Bolsa.
De ahí que la Sedatu hiciera énfasis en que si bien los 5,800 millones de pesos en subsidios contemplados para 2013 ya estaban completamente asignados, el Gobierno Federal planeaba destinar otros 1,500 millones (26% más) a través de la Comisión Nacional de Vivienda. También se enfatizó la intención de promover los bancos de desarrollo para aumentar la disponibilidad de crédito al sector, incluyendo una línea de crédito sindicada a 8 años con recursos de la Sociedad Hipotecaria Federal y de Nacional Financiera para la construcción de viviendas nuevas.
Además de las garantías de la Secretaría de Hacienda de que la industria se encontraba saludable y no representaba un riesgo para el sector financiero, en la conferencia telefónica se ignoró prácticamente el hecho de que las tres mayores constructoras mexicanas de vivienda están reestructurando su deuda, así como el papel que podían haber tenido en esta situación las políticas y acciones (o su ausencia) del Gobierno Federal.
Los analistas no creen que ninguna de estas iniciativas tengan algún efecto considerable en el corto plazo para las constructoras que cotizan en Bolsa. De esta forma El plan destinado a ayudar a las constructoras más pequeñas llena el vacío dejado por las compañías listadas en Bolsa.
OHL, músculo de la infraestructura
Sergio Hidalgo Monroy Portillo, flamante director general de la empresa OHL, consorcio constructor de origen español, y quien se desempeñó como director general del Issste en último año de la administración calderonista, luego de los escándalos financieros de su antecesor en esa dependencia, afirma que dentro del Plan Nacional de Infraestructura, su representada jugará un papel importante.
Su planteamiento, por supuesto, está bien sustentado, pues desde la llegada a México de OHL, en el 2000, su principal eje de acción ha sido el Estado de México, en donde es la concesionaria del Circuito Exterior Mexiquense, el Viaducto Bicentenario,la Autopista Urbana Norte y la Supervía Poetas, entre otras arterias viales. Dice Sergio Hidalgo que la empresa tiene dinero en caja, experiencia, una cartera de proyectos y ganas de invertir en México. Quizá lo que le faltó mencionar es que los principales funcionarios del gabinete también son sus amigos. O sea, contratos para nuevas obras garantizados, la suspicacia andando.
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*Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Derecho. Director del Suplemento Hábitat