
Antes de comenzar este artículo-sátira-lo que sea, expreso mi sincero cariño y respeto al compañero que se ha vuelto mi amigo, a su familia y en especial a su padre.
Como no todos los presidenciables son Marcelo Ebrard para andar festejando ser el gobernante de la mejor orbe del mundo, a uno de los que anda nadando de muertito planeando su estrategia cual Chepo de la Torre, lo sacaron a zapes del agua para que explicara por qué nuestro afamado y querido narco Salvador Gómez cobra su plaza de Maestro como el gran catedrático que fue en sus buenos tiempos de pobresor.
Yo no entiendo por qué se la hicieron tan de tos a Lujambio, la neta debería pedirle junto con Elba Esther a “La Tuta” que regrese al aula, puesto que es un acérrimo ejemplo de nuestro milagro mexicano. Si Guatemala tiene a su ex Maestro Ricardo Arjona, ¿por qué entonces no tener nuestro prócer del progreso? A fin de cuentas no cambiaría mucho el ritmo de la clase. Si hoy en los exámenes se pregunta: El matrimonio es un lazo conyugal entre el hombre y la… Con el Maestro Gómez sería: Cuando un bato nos traiciona le cortamos las manos y la… Aunque pensándolo bien sí elevaría el nivel de raciocinio, puesto que yo respondería la lengua, pero también podría ser la cabeza, o los huevos. Me cae que hasta subiríamos en los rankings mundiales. Además podría equipar el aula con las innovaciones tecnológicas del momento, teles de plasma, los focos ahorradores que nuestro Felca querido tanto estima, aire acondicionado en el aula y en la casa de cada chamaco pa´que pueda estudiar a gusto, una sala de grabación para que los niños puedan desarrollar su creatividad componiendo y grabando narcocorridos, instauraría una clase optativamente obligatoria de tiro con arma de fuego en la que la habilidad de cada chamaco subiría conforme las etapas del curso: Lanzamiento de granadas I, AK-47 II y cuerno de chivo III, para así al final de su primaria, junto con su diploma reciba también su comprobante de SOF (Sicario oficial de la Familia).
Como pueden ver, a los chamacos no les iría tan mal en su primaria, lo malo empezaría cuando se dieran cuenta que la Hummer, las viejas, el varo y la vida loca inculcada no es más que un espejismo, lo peor vendría cuando comiencen a añorar algo que nunca existió, cuando se den cuenta que “La Tuta” no es más que un niño plagado de miedo, de complejos, un pedazo de caca que no merece menos que pasar el resto de sus días tras las rejas. Sin embargo, no hay que olvidar que algún día fue un hombre común y corriente, un mexicano más que se levantaba todos los días con la esperanza de que los de arriba se cansaran de pisar las cabezas de los de abajo, de poder sobresalir, salir adelante de una manera digna… nada más que se cansó de esperar…
Y así los demás mexicanos seguimos esperando, no sabemos qué, no sabemos ni a quién, cual amorosos de Sabines que nunca habremos de encontrar.
¿Será?
*Estudiante del ITAM Licenciatura en Ciencia Política