La empresa TEPCO, responsable de la operación de la central nuclear de Fukushima admitió que el mismo día del terremoto y tsunami en el noreste de Japón colapsó el reactor 1 de esa planta, provocando que la radiación se filtrara desde el núcleo y se esparciera a través del agua de enfriamiento hacia la tierra y el océano, confirmando así que desde esa fecha se ha vertido continuamente agua radioactiva al mar.
Esta confirmación demuestra que la crisis nuclear es más grave de lo que han aceptado tanto la empresa TEPCO como el gobierno japonés y que hay riesgos significativos para el ecosistema marino a lo largo de la costa de Fukushima.
Ha pasado mucho tiempo antes de que las autoridades de Japón admitieran que estaban equivocadas y TEPCO tardó más de dos meses el confirmar que sí hubo un colapso total en el reactor 1 y que el agua bombeada hacia el interior del reactor se volvería altamente radioactiva. Es aterrador que la compañía no hiciera nada más para prevenir que cantidades masivas de agua contaminada fuesen liberadas al océano, diseminando contaminación radioactiva de larga vida a lo largo de la cosa este de Japón.
A la fecha no se ha revelado algún análisis respecto al estado en que se encuentran las unidades 2 y 3, de la central de Fukushima. Esos dos reactores son significativamente más grandes que la unidad 1 y contienen casi el doble de material nuclear. Greenpeace demanda que TEPCO haga pública inmediatamente cualquier otra información acerca del estado de los otros reactores en Fukushima