
El soberbio y poderoso Real Madrid demostró este día que también es un cuadro plagado de debilidades y que incluso puede ser humillado por cualquier equipo.
La prueba de esto es la semifinal del Mundial de Clubes, donde apenas superó 2-1 al modesto Al Jazira de Emiratos Árabes Unidos, quienes los tuvieron en la lona durante todo el primer tiempo, aunque también corrió con un poco de suerte.
El portero Ali Khaseif fue la gran figura al sacar ocho oportunidades claras de gol a Cristiano Ronaldo y compañía, quienes solo miraban atónitos como no entraba la pelota al fondo de la red.
El sorpresivo golpe de humildad llegó al minuto 41 con un gol de Romarinho. Un contragolpe letal que desató la euforia de toda la afición y ante la incredulidad del mundo del futbol.
Desesperado, el Madrid no podía con el trabuco defensivo del equipo árabe, hasta que Cristiano Ronaldo empató al 53 tras un error defensivo de los locales.
Poco a poco, la marea merengue acomodó las cosas en su lugar, hasta darle la vuelta a la tortilla al minuto 81 con gol de Garet Bale.
Y con eso se acabo el sueño del Al Jazira, quienes por más de 50 minutos dieron uno de los golpes más mediáticos en la historia del futbol mundial.