Uno de los personajes femeninos que la investigación ha abordado escasamente, pero que jugó un papel muy importante dentro de la Conquista española, particularmente en el ataque militar comandado por Hernán Cortés a los cholultecas en 1519, es la “reina” de Cholula, nombrada en documentos históricos como Doña María-Ylamateuhtli.
“Ella representó a un prototipo de mujer que perpetuó su nombre sin proponérselo insertándose en la historia de manera accidentada, transitando entre una atroz villana que traicionó al pueblo prehispánico al que pertenecía, y un personaje heroico para los ibéricos, a quienes les avisó sobre el ataque que el pueblo cholulteca fraguaba contra ellos”, informó Francisco González-Hermosillo Adams, historiador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
El especialista refirió que Ylamateuhtli, bautizada pocos días antes de la Caída de Tenochtitlan (1521) como Doña María, de acuerdo con crónicas españolas castrenses y el Códice de Cholula —únicas fuentes que refieren su existencia—, se acercó a Malintzin para advertirle del ataque cholulteca hacia los conquistadores y ofrecerle su casa y la mano de su hijo para salvarla.
Bernal Díaz del Castillo escribió en su texto Historia verdadera de la conquista de la Nueva España lo siguiente: una india vieja, mujer de un cacique (…) vino secretamente a Doña Marina (…) y aconsejó que se fuese con ella a su casa si quería escapar la vida, porque ciertamente aquella noche y otro día nos habían de matar.
De acuerdo con el Códice de Cholula, la mujer era la esposa del cacique Quetzalcoatzin, gobernante de una unidad señorial secundaria de Cholula o parcialidad llamada Tenanquiahuac, en el hoy estado de Puebla.
Según las Cartas de relación que Hernán Cortés escribió al rey Carlos I de España y V de Alemania, La Malinche agradeció y aceptó la oferta de la anciana india, y según el Códice de Cholula (documento confeccionado en papel amate en la primera mitad del siglo XVII), informó a los españoles del ataque sorpresivo que los prehispánicos fraguaban en su contra.
“Para el conquistador esta afrenta representaba una traición para la Corona española, ya que al momento en que los ibéricos llegaron a Cholula, los caciques habían aceptado (quizá más por miedo que por gusto) estar bajo la soberanía del país europeo, por lo que el ataque cholulteca que se ideaba, simbolizaba una felonía al rey de España por sus vasallos recientemente declarados”, refirió Francisco González-Hermosillo.
Por ello, en la versión española se menciona a Ylamateuhtli como una informante heroína que descubrió la traición a la Corona española y lo externó de inmediato. “En realidad —mencionó el historiador— considero que Cortés inteligentemente utilizó la escena de la anciana como detonante y argumento justificador del ataque a la ciudad prehispánica de Cholula”.
Las crónicas españolas narran que a la llegada de éstos a la urbe cholulteca, encontraron una metrópoli independiente y respetada por los mexicas. Cholula era punto de reunión e intercambio de productos que congregaba a más de 100 mil habitantes, foco de peregrinaciones religiosas y lugar con una gran expresión política, donde incluso, se llevaban a cabo ceremonias en las que diversos gobernantes eran investidos como tlatoanis colocándoles una nariguera.
El investigador de la Dirección de Estudios Históricos del INAH mencionó que si bien los españoles fueron hospedados pacíficamente en Cholula, Cortés sabía que dar un golpe militar a la ciudad y subyugarla serviría como advertencia para con los demás señoríos prehispánicos, en caso de que quisieran traicionar a la Corona española o resistirse a la Conquista.
González-Hermosillo relató que de acuerdo con la versión de los conquistadores, a mediados de octubre de 1519, ante el rumor del ataque cholulteca contra ellos, Cortés reunió a la población en un patio hundido de la antigua urbe y los enfrentó preguntándoles por el supuesto acometimiento. Acto seguido, tras un tiro de escopeta utilizado como señal, se cerraron las cuatro salidas y los militares peninsulares irrumpieron y asesinaron a la multitud presente.
El Códice de Cholula, única representación pictográfica en la que se muestra a Ylamanteuhtli y se menciona su nombre indígena, narra que “Cortés enarboló los estandartes de la Corona española y le hizo entrega a la mujer (Doña María) de una hoja de palma en recompensa y agradecimiento por sus servicios, la cual simbolizaba las tierras que le dieron y la perpetuación política de sus descendientes; con esta acción, la india noble fue proclamada como Señora de Tenanquiahuac y Reina de Cholula.
“A partir de entonces —refirió González-Hermosillo— los hijos de la parcialidad de Tenanquiahuac fueron nombrados dirigentes de Cholula y ocuparon el cabildo indígena como gobernantes por lo menos hasta fines del siglo XVI, iniciando así un nuevo linaje colonial”.
Una segunda versión del desenlace de este hecho es proporcionado por la tradición oral recuperada en la década de 1940, por la investigadora Guadalupe Fernández de Velasco, en la región de Cholula, Puebla. En ella se relata que un personaje femenino conocido como Alababa, una vez que se da cuenta de las desastrosas consecuencias de su revelación a La Malinche, por remordimiento se cuelga con el cinto de su vestimenta.
Francisco González-Hermosillo aclaró que únicamente se tiene evidencia de la descendencia de esta mujer prehispánica en el Códice de Cholula, donde se menciona la existencia de 10 hijos que fueron gobernadores y oficiales del ayuntamiento indio de Cholula durante la Colonia, entre ellos, Acapixohuatzin, Chichimecateuhtli, Mendoza y Marcelino.
“Incluso de Ylamateuhtli no se tiene información de su existencia en los documentos coloniales del siglo XVI, más que en los textos de Hernán Cortés y Bernal Díaz del Castillo, así como en el Códice de Cholula. Por el contrario, Malintzin aparece o es mencionada en innumerables escritos y pictografías indígenas de la Colonia”, anotó el historiador del INAH.
“Sin embargo, creo que Doña María-Ylamateuhtli puede interpretarse como un personaje que oscila entre la traición a los cholultecas (aunque en realidad ninguno de los tres documentos la exponen de tal forma), y su exaltada heroicidad por parte de los españoles. En todo caso, ella fue una víctima de las circunstancias en que se vio envuelta, secuestrada por la historia al no prever las consecuencias de sus actos y el daño que causarían”, finalizó Francisco González-Hermosillo.