México, D.F.- Tres paneles de pintura rupestre, probablemente de los más antiguos localizados en el estado de Hidalgo, ya que podrían tener hasta 2,000 años, reciben tratamientos de conservación por parte de restauradores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta), que ahora permiten ver las representaciones esquemáticas de remotos habitantes de la región.
El trabajo de preservación de estas manifestaciones gráfico-rupestres lleva 80 por ciento de avance, luego de su traslado a los talleres de restauración de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), en la Ciudad de México, procedentes de la presa «El Yathé», en el municipio de Alfajayucan, donde a fines de 2011 se hizo el salvamento arqueológico de estas pinturas que corrían el riesgo de perderse por la ampliación de esta obra de infraestructura.
Se trata de grandes secciones de roca basáltica —cuyas medidas oscilan en 1.40 m de ancho y un metro de largo, aproximadamente—, en las que están plasmadas diversas figuras antropomorfas sencillas en color rojo, que presentaban alteraciones provocadas por el intemperismo, como capas de ennegrecimiento mineral y de concreciones y velos salinos, que impedían observar la superficie pictórica.
De acuerdo con el arqueólogo Alfonso Torres, del Centro INAH-Hidalgo, estudioso de distintos sitios de pintura rupestre en esa entidad, la procedente de «El Yathé» podría tener una antigüedad mayor a las registradas en municipios cercanos, como Huichapan y Tecozautla. Por su estilo, quizá fueron plasmadas a principios de nuestra era; no obstante, será necesario corroborarlo mediante estudios de fechamiento.
La restauradora Sandra Cruz Flores informó que tras el éxito del rescate de estas antiguas manifestaciones, actualmente son objeto de trabajos de conservación, estabilización y montaje, con miras a que puedan ser expuestas al público.
En primera instancia, detalló, se eliminaron las capas de protección previas y se estabilizaron materialmente los conjuntos pétreos, ya que se trataba de rocas estratificadas por su propio origen. Las lajas se unieron con resinas sintéticas para formar bloques mayores, éstos a su vez se ensamblaron para formar el conjunto de pintura rupestre.
Cada piedra fue reforzada con una capa de velado adherida con materiales reversibles, así como con pernos de distintos calibres, añadió el restaurador Gabriel Severiano.
Posteriormente, a fin de restituir la capacidad de visualización de las pinturas rupestres, se dio paso a la eliminación de capas de sales y minerales, de manera que ahora es posible apreciar las sencillas representaciones de individuos y algunos trazos geométricos.
Un avance más de esta intervención, que se prevé culminar el mes próximo, es el montaje de las rocas en una estructura de acero inoxidable, que permita su manejo y su exhibición, ya sea en exposiciones temporales o de manera permanente en un museo, entre ellos, el arqueológico del municipio de Huichapan.
Dicho soporte se integra de un cincho que rodea a la piedra con refuerzos posteriores y argollas, y una serie de pernos, lo cual confiere mayor estabilidad y solidez al conjunto de estratos pétreos, funcionando así como un sistema de sujeción.
Asimismo, mediante el uso de pastas de resane, se reponen faltantes y resanan algunas zonas, y se da un acabado similar a la roca, abundó el restaurador Gabriel Severiano.