MÉXICO, D.F., abril 2 de 2012.- Dicen que Rita Guerrero se apareció este domingo en el Museo Universitario del Chopo. Más de 500 personas que juraron escucharla y poseer el cuerpo de una cantante llamada Liliana que obedeció al llamado de Alex Boom para un reconocimiento a su banda.
La presencia de la rockera fue durante el «Homenaje a Santa Sabina» en el salón Dinosaurio Juan José Gurrola, cuyas 216 butacas se habían ocupado desde el viernes pasado, lo que provocó que el espíritu chocarrero viajara hasta el Cinematógrafo, el patio de maniobras y la cafetería, donde 400 personas pudieron sentirla gracias a un sistema de circuito cerrado.
En el escenario, un grupo encabezado por Boom ejecutó «Yo te ando buscando» y «Qué te pasó». Su vocalista físicamente era ajena a la figura de la tapatía fallecida el año pasado a causa del cáncer, pero su voz provocó reacciones del público con sonoros «¡Rita no te has muerto!» y «¡Rita está aquí!».
Y es que el tono de Liliana era el mismo que la desaparecida cantante. El esfuerzo fue reconocido por Alfonso Figueroa, bajista de la legendaria agrupación, quien reconoció a la intérprete: «no es fácil llenar ese traje y lo haces muy chido. Gracias», dijo el músico con quien el cuarteto interpretó «Vampiro» y «Babel».
«Estamos contentos de estar en esta intención de hacer algo entre amigos. Gracias a ellos y Alex Otaloa estamos en esta cita a manera de un homenaje a la banda y para recordar a Rita… Hoy vivimos en diferentes lados, algunos en Morelia, otros en Guadalajara, y reunirnos para tocar y recordar es algo que agradecemos», pronunció Poncho.
Minutos antes un guitarrista invitado partió plaza y cosechó aplausos. Stone Face, de las Víctimas del Doctor Cerebro, recordó a Rita y a su madre, ambas víctimas de la misma enfermedad, y con ojos rasantes participó en «Súbete otra vez».
Posteriormente el saxofón de Misael, integrante de Panteón Rococó, se sumó al grupo en varias ocasiones, siendo «No me alcanza» la primera de varias intervenciones.
La bienvenida a Patricio Iglesias, baterista de la banda homenajeada, significó otra lluvia de aplausos que alcanzaron mayor fuerza y gritos de aprobación después de tocar «La orilla del sol».
«El Angel» dio paso al tecladista Jacobo Lieberman, quien caminó entre miles de flores blancas, surcó el hielo seco, pasó el micrófono con una guía de flores blancas, como acostumbrara Rita, hasta llegar al instrumento. Atrás de él, otro invitado: Oz, de La Castañeda, tomó la guitarra en «Nos queremos morir».
Otro responsable de la histórica reunión fue Alejandro Otaloa en una versión estelar de «Azul casi morado», actuación que fue rubricada por silbidos hormonales de varias fans presentes.
«Hace algunos años yo estaba sentado donde están, escuchando a una banda de músicos que tocaban poderosos. Es padre que se te salgan las lágrimas por algo tan chido como estar aquí hoy», pronunció el guitarrista.
El último de los integrantes de la alineación original de La Santa tomó el escenario, Pablo Valero tomó su lira en «Estando aquí no estoy», «Morir», «Miedo», «Chicles» y «Gasto de saliva», para finalizar los cuatro fundadores de la banda en compañía de Liliana, su voz y Rita.
Agencia El Universal