Los Seahawks vencieron en el CenturyLink Field de Seattle a los Green Bay Packers 14-12 en un polémico juego de Monday Night Football que aumentó la presión a los réferis suplentes de la Liga y al comisionado Roger Goodell.
El juego estuvo muy cerrado, con pocos puntos, con un claro dominio de las defensivas, Seattle en la primera mitad y Green Bay en la segunda, con muchos castigos, 24 en total que se combinaron para 245 yardas, siete más que la cantidad de yardas totales del equipo de Seattle.
Aaron Rodgers tampoco tuvo su mejor noche, se mostró errático y nervioso en la bolsa de protección y no pudo anotar de touchdown por tercera ocasión en 65 aperturas, por lo que quedaba claro que sería un juego que se decidiría en los últimos minutos, sobre todo después de que los árbitros marcaron a los Packers una interferencia defensiva totalmente inexistente que llevó a los Seahawks de manera gratuita hasta la yarda 25 de Green Bay.
Al final, luego de jugársela por segunda ocasión en cuarta oportunidad, los Seahawks perdieron el balón pero encajonaron a Green Bay que no pudo terminarse el reloj de juego y tuvo que despejar el balón, lo que dió una oportunidad final a los de casa con el marcador 12-7 a favor de los Packers.
Esa última jugada fue un ‘ave maría’ de Russell Wilson desde la yarda 24 que cayó en la zona de touchdown en la que Golden Tate después de empujar claramente por detrás a un jugador contrario, le arrebató el balón a M.D. Jennings mientras un árbitro marcaba intercepción y otro alzaba las manos dando el touchdown por bueno.
Luego de una larga revisión, confusión total en el terreno de juego y enojo por parte de Aaron Rodgers y sus compañeros, los árbitros marcaron un polémico touchdown que pone en entredicho el trabajo de los demás árbitros suplentes, pues éste par de errores indujeron totalmente en el marcador del juego de lunes por la noche.
RCMultimedios.