Sentirse joven es ser, estar, joven. No importa que la biología y la psicología, con todas sus ciencias auxiliares delimiten las etapas de la vida. Aunque, la realidad es que no señalan edades exactas, mucho menos fechas. Simplemente dicen, a primera infancia va de los cero a los dos o tres años..la adolescencia puede empezar a los 11, con la pubertad, la juventud más o menos de los 20 a los 30…etc. Es que los cambios fisiológicos y psíquicos no se dan en fecha y hora exactas. La vejez llega cuando llega; esto es, no cuando “el cuero se arruga”, sino cuando la mente le dice al cuerpo, como ha dicho el gran escritor, “Gabo”: “aún puedo correr cien metros para alcanzar el camión”. Lo que pasa es que antes, no tenía porqué comentarlo. Hoy, García Márquez padece cáncer, sin embargo no ha perdido el deseo y la fuerza por seguir viviendo.
Yo superé un infarto agudo al miocardio. De ese “evento”, como dicen los médicos, hace más de una década. El “segundo”, se redujo a una parálisis facial, que superé en algunos meses, después de diversos tratamientos, de los cuales el que sí funcionó en un 80 por ciento, fue la acupuntura. ¡Se los paso al costo! El gran amigo y mejor médico del ramo, Emilio Cordero, me anticipó: ¡La acupuntura no hace milagros! ¡Pues no del todo, pero sí lo suficiente! Por lo menos pude volver a hablar sin problema. Lo más importantes es que mi cerebro no sufrió merma alguna. Llevo una vida absolutamente normal, después de los dos “shocks” graves, que acaban con muchos. Conmigo no pudieron. ¡Gracias…!
Todo esto es historia personal; pero entonces, porqué no tocar estos temas, si el periodismo debe ser humanismo puro, en todas sus expresiones. Para qué se escribe si no es para compartir experiencias y dejar algunas enseñanzas para los que apenas van, los que apenas empiezan. Los adultos tenemos la obligación de iluminar el campo, la ruta, de los jóvenes. Siete décadas de vivir a plenitud. Aprendiendo siempre de un excelente padre. Viviendo a plenitud cuando llegó la edad. Leyendo y escribiendo sin fallar un día, sobre todo a partir de la primera graduación como normalista oaxaqueño. La segunda fue ya en el D.F. La tercera fue como universitario de Austin, Texas. El grado fue máximo: SUMMA CUM LAUDE.
Desde mucho antes del retiro del medio oficial del aparato educativo, empezamos, con el apoyo de diversos medios entre otros, la radio y la televisión oficiales en nuestro estado, hemos estado siguiendo la meta de fomentar el amor por la lectura. Hoy tengo que decirles, para seguir siendo profundamente humanos, que Raúl Castellanos, siendo Director de los medios oficiales, me tendió la mano para que yo pudiera llevar al aire mi trabajo en favor de los libros. Aún guardo más de 60 grabaciones, de mi participación en la radio oficial, “Comentando un libro” cada semana. Lo que me dio la grata obligación de leer más cada día, para tener algo que llevar al maravilloso público. Entre la audiencia, un día me pasaron el mensaje de un gran maestro de mi juventud. El gran educador, Pascual Cervantes, en su lecho de dolor, llamó para felicitarme. Esas experiencias valen para el resto de la vida.