Sin duda el gobierno de Gabino Cué recibió un bono democrático en las elecciones el pasado 4 de julio, al igual que Vicente Fox tuvo el margen político suficiente para enviar al Congreso –y se aprobarán al vapor como en los buenos tiempos del PRI- las iniciativas que dieron forma a su proyecto político para Oaxaca.
Una de ellas fue la modificación de la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo en la que la propuesta como ciudadano -del hoy gobernador- se establece que los funcionarios de primer nivel del gabinete deben contar con un título profesional, la cédula correspondiente o su equivalente, y ahí fue donde la puerca “torció el rabo”.
Mas allá de que si los funcionarios hoy cuestionados cuenten o no con tales abalorios, lo cierto es, que tal iniciativa puede parecer “una carambola de tres bandas”; que todos los colaboradores de Gabino Cué fueran “chicos Ibero” con medallas académicas, que su historial garantizara su desempeño, o porque no, “vacunar” a su gobierno sabiendo que muchos de ellos no pasarían tal “ prueba del acido” y entonces desecharlos con el argumento de que ya te pague tu cuota partidista, pero no reúnes los requisitos.
En cualquier escenario el hoy flamante gobernador discípulo de Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard, Felipe Calderón, Diódoro Carrasco, José Murat, Cesar Nava, Jesús Ortega, Javier Corral y los que se acumulen en las próximas horas, ha cometido un desacierto, porque lo mínimo que hubiera tenido que hacer es consultarle a sus “futuros colaboradores” si reunían los requisitos que él les impuso, porque al fin y al cabo la mejor Universidad es la de la vida.
Pero bueno “autochamaqueado” o perverso, Gabino Cué está enfrentando cuestionamientos severos y dando muestras de tener muy poco carácter, permitió la destitución de funcionarios de la Secretaria de Salud a petición de los trabajadores, e impuso algunos otros funcionarios que en algún momento fueron inhabilitados por presuntos actos de corrupción, lo cual para un “demócrata” como él, no cabe en su ropaje de honestidad a prueba de “balas”.
Y entrados en gastos tuvo la puntada Romana de darle al pueblo “pan y circo”, ¡va a instalar una pista de patinaje en hielo! emulando a uno de sus padrinos Marcelo Ebrard –nunca segundas partes fueron buenas- para que todos los Oaxaqueños, o bueno los que quieran hacerlo, se deleiten emulando a Sasha Cohen, o a Kim Yu-Na medalla de oro de los juegos olímpicos en Vancouver 2010, en tanto la pobreza y la marginación siguen siendo el signo distintivo de Oaxaca.
Habría que agregar la tensa relación que ya se percibe con la Sección 22 del magisterio que no está dispuesta a renunciar a las jugosas canonjías de las que disfruta desde hace varias décadas y además encara la necia realidad de la doble moral de sus aliados empezando por el “demonio de Tazmania” que con singular entusiasmó andaba cabildeando “romperle la madre a Irma Piñeiro”.
Así las cosas tal parece que “la luna de miel” de Gabino Cué va a durar menos que la de Peña Nieto, porque Oaxaca es un mosaico de contradicciones y para gobernarla se necesita más que haber estudiado en la Complutense de Madrid, servir a los intereses de Diódoro Carrasco, jugarle el dedo en la boca a Calderón, Ebrard y López Obrador y sentirse el hombre del año en “la revista Hola”.
Volveremos a encontrarnos aquí en “SIN CENSURA”