Sonido Gallo…y su Cumbia Salvaje

El reloj marcó las 20: 30 horas y el público que esperaba ansioso comenzó a escuchar los primeros acordes de guitarras eléctricas, sintetizadores, congas, güiro, flauta y timbales. El grupo Sonido Gallo Negro hizo su aparición en el escenario y decenas de personas congregadas en el Centro de Cultura Digital comenzaron a disfrutar de la llamada cumbia salvaje del grupo.

Pese a la temperatura algo fría registrada durante la presentación este viernes 26 de octubre, el público mostró sus mejores pasos casi desde el principio, cuando un integrante de la agrupación invitó a la gente a acercarse a ellos: “El suelo está frío, acá vamos a entrar en calor”.

De a poco, los congregados fueron reuniéndose para escuchar a los herederos de ritmos de antaño como la cumbia peruana de hace más de 40 años, combinada con sonidos frescos y tétricos bajo el marco de la celebración de día de muertos.

Como fondo apreciarse la proyección de imágenes psicodélicas, de líneas blancas y negras, de naves espaciales, el logotipo de la banda y calaveras las cuales dieron fuerza a la música interpretada durante la noche.

A la cuarta melodía la explanada del CCD se convirtió en una verdadera pista de baile donde ellos y ellas hicieron gala de sus mejores pasos. Los ritmos lentos fueron propicios para que las parejas pudieran dar giros y tomarse de la cintura, y los ritmos rápidos sirvieron vencer al frío con brincos y apluausos.

No faltaron sus temas Embrujo amazónico, Santa Bárbara, Bocanegra, y Caballito nocturno, que arrancaron aplausos, gritos y halagos de los asistentes para con los nueve músicos que conforman Sonido Gallo Negro.

La banda anunció el final de la velada pero su público no los dejaba ir, en más de tres ocasiones regresaron a tocar más temas que se bailaron con gran gusto y frenesí.

En el penúltimo tema, la gente formó una gran cadena humana que recorrió de punta a punta la pista de baile, cosa que animó más a quienes se encontraban aún en las escalinatas.

La noche terminó con La pollera amarilla, para la cual los músicos pidieron oscuridad total para que los asistentes disfrutaran aún más del espectáculo de luces, música e imágenes que Sonido Gallo Negro y su cumbia salvaje supieron brindar en el CCD.