Al pintor juchiteco Francisco Toledo le preocupa la inseguridad que priva en Oaxaca. “Es preocupante, ya no sabe uno qué hacer. Todos corremos peligro”.
Y en tono de broma, dijo a los reporteros: “Ustedes, que siempre van a los bares en las noches; ya no vayan”, luego se rio.
“Ya ni se sabe qué decir, ya no sé qué decir sobre la inseguridad, pero es algo muy delicado”, precisó al retomar el tema.
De hablar corto, siempre evasivo con los medios de comunicación, Toledo desea que se eche atrás el proyecto Diamante Verde, que pretende construir particulares en una zona residencial en área protegida de San Felipe del Agua.
“No sé qué reacción ha tenido la carta que publicamos en periódicos nacionales. Espero que se eche para atrás ese proyecto”, precisó.
“¿Qué sé de la crisis económica? Pues que está dura. ¿Pero a mí, porqué me preguntan eso?; no soy experto. Mejor pregúntenme de pintura. O del último cuadró que no pinté”, y soltó otra risa.
Momentos antes, en el Instituto de Artes Gráficas (IAGO) fundado por el maestro, Toledo y un grupo de especialistas dio a conocer su preocupación por el maíz transgénico.
Y de una envoltura de un papel periódico, el artista sacó una mazorca que en la punta tiene una calavera. “Esa sé la enviaré al presidente Enrique Peña Nieto, junto con una carta para que no se autorice el uso de estas semillas”.
En la reunión se dijo que se elaboró un documento con el apoyo de Alejandro de Ávila Blomberg, en donde se indica que introducir maíz genéticamente modificado a México significa un riesgo ambiental grave, pues que la planta es nativa de este país y los transgenes van a degradar sus poblaciones naturales.
Esta medida también va a encarecer la producción de la comida pues comprar la semilla año con año en lugar de guardarla como siempre lo hacen los campesinos, aumentará los costos a lo largo de la cadena alimentaria.
Señalaron que los pequeños productores serán quienes sean los más afectados por los costos más altos y por los fracasos potenciales de los cultivos, ya que estas semillas no prosperarán en todas las áreas de siembre dada la gran heterogeneidad de los climas y suelos, pero contaminarán las variedades nativas.
En la carta se detalla que el maíz transgénico es malo para el país, pues las empresas que promueven estas semillas buscan ganar dinero, pero la salud del cuerpo y de la tierra no tiene precio.
Por lo cual también van a iniciar una campaña para recabar un millón de firmas de adhesión, en donde la sociedad en general apoye esta medida que es en beneficio de la sociedad en general, y posteriormente, también se la enviarán al presidente de México.
INF./TIEMPOEN LINEA