El tercer debate presidencial republicano se convirtió hoy en un escenario de ríspidos ataques entre los principales aspirantes republicanos a la Casa Blanca que eludieron la economía, el tema clave inicialmente programado.
En el debate, realizado en esta ciudad de Colorado, el gobernador de Ohio, John Kasich, lanzó la primera salva al calificar de “fantasía” el plan del magnate Donald Trump para deportar a 11 millones de indocumentados y dividir a millones de familias, así como su proyecto presupuestal.
“¿Por qué no regalamos un pollo en una cacerola?”, ironizó Kasich durante el foro, efectuado en la Universidad de Boulder, Colorado, un estado considerado “columpio” en las elecciones de 2016, al estar en juego entre republicanos y demócratas.
En respuesta, Trump acusó a Kasich de negligencia económica cuando trabajó para la correduría Lehman Brothers de Nueva York, una de las empresas financiarías que incurrió en bancarrota durante la pasada crisis económica de Estados Unidos.
El magnate insistió en que que, de ganar la presidencia de Estados Unidos en el 2016, construirá un muro en la frontera que el gobierno de México deberá pagar.
«Vamos a construir un muro y la gente va a pasar por una puerta pero de forma legal. Y México va a pagar, quiero a los mexicanos y respeto a sus líderes, pero sus líderes son más listos que los nuestros. La gente pregunta ¿cómo lo vas a lograr?, lo que no pueden hacer nuestros políticos, yo lo voy a hacer», respondió al cuestionamiento sobre su plan que carece de seriedad y sustento político.