La imagen de una cirquera, elegida por la historiadora Julia Tuñón, para ilustrar de manera metafórica a la mujer actual, la cual tiene que lidiar con trabajo fuera de la casa, sin descuidar las labores domésticas y hasta la coquetería, se suma a las diversas ilustraciones que forman parte del libro Mujeres. Entre la imagen y la acción, en el que la investigadora emérita del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revisa el devenir del sector femenino a lo largo de la historia de México y la lucha social en favor de la equidad de género.
Una copiosa investigación nutre el volumen que también presenta pinturas, calendarios, códices, figurillas prehispánicas, exvotos, carteles de películas, anuncios, retratos y cartas, relacionados con la forma como las mujeres han sido vistas a lo largo del devenir nacional.
Las imágenes pertenecen a las colecciones del Sistema Nacional de Fototecas (INAH), la Hemeroteca Nacional de la UNAM, el Museo Franz Mayer, la Casa Lamm, el Archivo Histórico de la Secretaría de la Defensa Nacional, la Biblioteca Miguel Lerdo de Tejada (SHCP), entre otras. Todas ellas seleccionadas por la doctora Tuñón para este trabajo.
El libro está dividido en dos apartados, en el primero analiza la concepción de “lo femenino”, principalmente en los periodos prehispánico y virreinal. Revisa cómo se construyó la idea abstracta de la mujer, su capacidad reproductora, el control ejercido por el hombre y el ideal de matrimonio.
La segunda parte está dedicada a la percepción de la mujer durante el Porfiriato, la Revolución y la Posrevolución, así como los movimientos feministas y la vida en el siglo XX.
Julia Tuñón, adscrita a la Dirección de Estudios Históricos (DEH), comentó que el libro se publicó hace casi tres años como parte de la Colección Historia Ilustrada de México, que coordina el historiador Enrique Florescano, y fue coeditado por el entonces Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y Debate.
“Hacer historia para mí es sacar a las mujeres de la entelequia, de ese eterno, atemporal y ahistórico femenino, para que quede claro que las mujeres somos entes sociales que podemos hacer cosas buenas, malas o regulares, y que los roles que ejercemos no son naturales ni están dictados por Dios”, afirmó.
Es fundamental —añadió— desarmar el discurso que impone a las mujeres un único rol asociado a la reproducción y el cuidado de los niños, y comprender que son sujetos sociales que participan activamente en la vida de México.
En la primera parte de la obra, presenta imágenes de figuras prehispánicas femeninas, que en su mayoría resaltan la sexualidad y enmarcan la coquetería; es notable el detalle en el peinado, pero igualmente destaca la poca importancia dada a piernas o brazos en algunas de ellas. Lo relevante en cada representación es el vientre, el cual aparece de manera muy pronunciada en muchas de estas piezas.
También, explica la historiadora, existen las figuras de mujeres que ya parieron, donde se observa la segunda faceta de la maternidad, ligada a la crianza y el cuidado maternal.
De los siglos XVI al XVIII, detalló, lo que más destaca es la vida de las monjas al tomar los hábitos y los retratos de señoras ricas. En muchas de esas obras casi siempre aparece el modelo ideal de matrimonio, compuesto por papá, mamá e hijo.
La publicación profundiza en una pintura popular del siglo XIX, donde se aprecia el elemento étnico en la forma de vestirse: por un lado, se tiene a la mujer humilde con largas faldas y blusas de manta, y por el otro, a la aristócrata, ataviada con vestido largo, pañuelo, abanico, cabello largo y recogido, y adornos de joyería.
Ejemplo de lo anterior es la imagen de la mujer que aparece en la portada del libro, obra del artista José María Estrada. Se trata de un óleo que refleja a una dama elegante de Guadalajara, perteneciente a la clase media-alta tapatía
Tuñón comentó que ya entrada la Revolución, la mujer adquirió un papel más importante en la sociedad mexicana y empezó a ocupar cargos de soldaderas o coronelas.
Posteriormente, enmarcados en las diferentes luchas sociales del país, nacieron los primeros movimientos feministas que, como corriente política e ideológica, no buscaba cambiar los roles sino que apelaba a que las funciones asignadas: esposa y madre, fueran dignificadas, socialmente reconocidas y que hubiera equidad entre el hombre y la mujer, apuntó.
El libro concluye con datos relativos a mediados del siglo XX, con la imagen de una cirquera que —a decir de la especialista— es una metáfora de la mujer actual, “que trabaja, busca verse bien presentada, atiende a su bebé y a una niña mayor que ya divisa lo que es la vida en nuestra época. La mujer contemporánea tiene que lidiar con todo ello, trabajo, casa, niños, arreglo personal, etcétera”.
La doctora Julia Tuñón expresó que el libro no tiene un fin estético, pero a fin de cuentas algunas de las imágenes seleccionadas son, por sí mismas, una obra de arte y un ejemplo valioso de la representatividad de la mujer a lo largo de la historia de México. “Si la gente empieza a asumir que los roles que ejercemos no son naturales, sino que parten de una construcción social, la conclusión es que todo lo construido se puede modificar”.
Mujeres. Entre la imagen y la acción se puede adquirir en las librerías comerciales y de la red Educal.