¿Alguno de ustedes recuerda la telenovela “En la plenitud del amor”? Ha sido una de las historias más exitosas en la historia de la televisión mexicana. Cómo olvidar a los protagonistas Enrique y Angélica, ambos destinados a ser felices por siempre, pero para consumar su amor tuvieron que pasar grandes penurias. Enrique era un joven bueno, adinerado, apuesto y talentoso que con su esfuerzo, buenos sentimientos y una familia que siempre lo impulsó, se involucró en el complicado mundo de la política. Muy pronto el amor tocó a su puerta, una hermosa dama le entregó su ser, siempre lo apoyó infatigablemente en sus proyectos y utopías; la intensidad de su amor los llevó a vencer a la muerte y procrear tres hermosos hijos. Desgraciadamente, cuando Enrique obtuvo el reconocimiento que ambos habían cosechado, ella falleció repentinamente, dejando a nuestro protagonista solo, con una familia y un pueblo que proteger.
Los meses pasaban y Enrique no podía dejar de añorar los días de verano al lado de su amada, no obstante se esforzaba en dar lo mejor de sí a sus hijos y a la tierra que gobernaba; hasta que un día, una dama de corazón pueril llegó a su vida. Su nombre era Angélica, mujer trabajadora, madre de tres hijos y actriz de modestas obras de teatro. El flechazo entre ambos fue instantáneo, poco a poco fueron formando un núcleo indestructible. Él la llevaba a todos sus actos como mandatario y ella le enseñaba técnicas actorales para que siempre sus apariciones públicas fueran impecables.
Una tarde ambos decidieron anunciarle su amor al mundo, así que viajaron a la antigua Roma, y en la Basílica de San Pedro dio la casualidad de que el Papa estaba oficiando misa, así que al momento de la comunión ambos se acercaron discreta y humildemente y al estar frente al Vicario de Cristo Enrique la tomó de la mano y la presentó ante él diciendo: “Su nombre es Angélica, nos vamos a casar”. Recuerdo bien que aquél capítulo me enterneció hasta las lágrimas, tanta perfección no parecía ser de este mundo.
Al regresar a su tierra y anunciarle al pueblo su compromiso todo fue fiesta y goce, poco a poco el pueblo se había ido enamorando y conmoviendo con la historia de estos dos amantes, por eso el día que unieron sus almas ante el altar, miles de personas se congregaron en la explanada de la Catedral para atestiguar su enlace.
¡Ay! Qué bonito se siente recordar la historia de Enrique y Angélica. Les quisiera contar el final, pero prefiero que ustedes lo vean, es más hermoso verlo que escucharlo. Pueden conseguir toda la telenovela en DVD en cualquier tienda de discos, está en el área de “Grandes historias de amor”, al lado de “Soy tu Dueña”, “Todo por amor” y “Mirada de mujer”.
¿O no que tanta miel nos hace olvidar nuestra realidad tan pinche?
¡Vivan los novios!
PD. Espero que todos estemos listos para el gran acontecimiento del miércoles, aquél que hemos añorado desde hace tanto tiempo. El lanzamiento del nuevo sencillo de Coldplay…