Científicos de la Universidad de Estados Unidos Johns Hopkins han identificado una pequeña región en el cromosoma dos, que está asociada con un mayor riesgo de intento de suicidio, según un estudio publicado en la revista Molecular Psychiatry.
Esta pequeña región contiene cuatro genes, incluyendo el gen ACP1, que los investigadores encontraron en niveles superiores a los normales en el cerebro de personas que habían intentado suicidarse.
Los investigadores dicen que los resultados podrían conducir a mejores esfuerzos de prevención del suicidio, proporcionando nuevas direcciones para la investigación y el desarrollo de fármacos.
Durante mucho tiempo hemos creído que los genes juegan un papel importante en la decisión de intentar cometer suicidio y de hecho lo están haciendo», aseguró la doctora Virginia Willour, directora del estudio y profesora de psiquiatría y ciencias conductuales de la escuela de medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Para llegar a estas conclusiones, Willour y sus colegas estudiaron muestras de ADN de casi 2 mil 700 adultos con trastorno bipolar, mil 201 de ellos con antecedentes de intentos de suicidio y mil 497 que no.
Durante su investigación encontraron que aquellos pacientes que tenían copiada una vez en su ADN una variación genética en la región del cromosoma dos, donde se encuentra ACP1, fueron 1.4 veces más propensos al suicidio.
La influencia del número de copias de algunos genes en enfermedades neuropsiquiátricas es conocida y, en el caso de los que tenían dos copias de esta variación, el riesgo aumentó hasta tres veces más.
Según datos proporcionados por los autores, se calcula que 4.6% de la población estadounidense ha intentado suicidarse alguna vez, y es la causa de 1.4% de muertes en el país.
Entre las personas con trastorno bipolar, el 47% piensa en matarse y el 25% en realidad trata de hacerlo.
«Lo que es prometedor son las implicaciones de este trabajo para aprender más sobre la biología del suicidio y los medicamentos utilizados para tratar a los pacientes que podrían estar en riesgo», señaló Willour.
Los próximos pasos serán tratar de determinar los mecanismos biológicos exactos por los que estos factores de riesgo genéticos aumentan el riesgo de comportamiento suicida.
«No todas las personas con trastorno bipolar pueden tomar litio -una sal natural que normaliza la actividad de las células nerviosas y suele administrarse como estabilizador del estado de ánimo- debido a sus efectos secundarios. Si pudiéramos darles otra opción, eso sería fantástico», señaló la doctora.
Agencia El Universal