![Vicente Quirarte reúne textos de amor y odio por la ciudad de México](https://i0.wp.com/rcmultimedios.mx/wp-content/uploads/2012/04/vicentequirarte_29202.jpg?resize=678%2C381&ssl=1)
MÉXICO, D.F.- Las maneras desde las que Vicente Quirarte afronta la historia y la vida de la ciudad de México son inagotables e innumerables; lleva varios años recuperando pequeñas y grandes historias sobre esta urbe que ama y odia, y cada día encuentra nuevas vías para acercarse a ella.
A veces lo hace desde una persona aparentemente intrascendente, otras es mediante uno de los héroes patrios o de uno de los grandes odiados; algunos de los acercamientos están determinados por un escritor, un artista, un fotógrafo, una novela o una sola frase: “La forma de las ciudades cambia más deprisa que el corazón de un hombre”, cita de Baudelaire, la cual detona una historia.
La pasión de Vicente Quirarte por la ciudad de México es vieja y sólida; lo confirman los libros que le ha dedicado: Elogio de la calle. Biografía literaria de la ciudad de México, Enseres para sobrevivir en la ciudad y Ciudad que es un país, el nuevo libro que prepara para publicar en España, además de una segunda versión ampliada y corregida de Enseres para sobrevivir en la ciudad, que está por salir en Colombia.
De esos acercamientos a su ciudad, que suelen ser literarios, hemerográficos y bibliográficos, nació Amor de ciudad grande, su nuevo libro que contiene 14 ensayos y que él define como un paseo en torno a la urbe a través del tiempo y del espacio. Un recorrido amplio que da cuenta de que la ciudad se ha transformado tremendamente.
“La ciudad ha cambiado mucho así como los textos agrupados aquí, que van del Renacimiento a los primeros años del siglo XXI, hablan de la transformación de esta ciudad y de sus historias magníficas, trágicas y cómicas que han tenido lugar en ella”, señala el escritor e investigador mexicano.
El también poeta y ensayista, que es doctor en letras por la UNAM, asegura que siempre ha habido esa relación de amor odio con la ciudad de México. “No creo en la expresión de que todo tiempo pasado fue mejor, creo que el tiempo que vivimos es el mejor y el peor de todos los tiempos, un poco para citar el principio de la novela de Dickens: ‘era el peor de los tiempos, era el mejor de los tiempos’”.
Diferentes puntos de vista
Quirarte (ciudad de México, 1954) trató de que cada ensayo tuviera una vida independiente, pero de pronto se dio cuenta de que los unía un lazo temporal que invisible recorre el libro que ha sido publicado por el Fondo de Cultura Económica y el Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM.
“Los acercamientos son desde lecturas que se van haciendo, a veces se privilegia la litografía como el caso de ‘Los misterios de México’, otros desde un día específico de la ciudad como fue la entrada de Maximiliano y Carlota y todo lo que eso trajo de espectáculo y de interpretaciones políticas, desde un joven Justo Sierra que grita en contra de los emperadores impuestos, hasta un poeta como Zorrilla que hace una narración en verso de la entrada del trágico archiduque”, señala el narrador mexicano.
Así está contado este libro, lo mismo a través de una figura de tanta jerarquía como Maximiliano, como a través de un personaje de la vida diaria como es José Gómez, un alabardero que cuidaba la puerta del Palacio, entonces virreinal, y que a fines del siglo XVIII se le ocurre escribir un diario de sucesos notables, que es material de primera mano para saber cómo vivía un particular la vida de México; ese diario es un mapa de la ciudad a fines del siglo XVIII antes del estallido de la guerra.
“Sobre la ciudad hay muchos puntos que trabajar, por ejemplo la ciudad y el cine que es un tema que han investigado historiadores como Hugo Lara en su libro La ciudad y el cine o Carlos Martínez Assad con La ciudad de México que el cine nos dejó, ahora estoy trabajando en un libro nuevo para España, que se va a llamar Ciudad que es un país, pensando en la doble idea de que esta es una ciudad del tamaño de un país pero también se llama como el propio país en que se encuentra”, dice.
La inabarcable megalópolis
Vicente Quirarte es además de cronista apasionado de la ciudad, un lector avezado de las miradas que despliegan otros: José Joaquín Blanco, Sergio González Rodríguez, Juan Manuel Servín y los citámbolos, un equipo de jóvenes que ha hecho el libro del mismo título que se dedicaron a no encontrar los sitios típicos ni los bares de moda ni los antros más famosos, sino los lugares insólitos donde lo maravilloso surge a cada momento.
Así, Vicente Quirarte ha descubierto la iglesia de San Antonio, donde se bendicen animales o la cantidad de baños públicos que se encuentran desperdigados a lo largo de todo el centro, a los que asiste gente que viene a hacer sus compras y que no quiere o no puede pagar un restaurante. “Me enseñaron a observar algo que no había visto con suficiente atención, que hay baños para esos centrícolas como los llamaría José Joaquín Blanco, centrícolas pasajeros”.
El narrador, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua e investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas, asegura que aún hay muchos aspectos de la ciudad de México que le falta tocar. “La prensa registra una ciudad dominada por la violencia, la corrupción y la contaminación, gente que vive en el extranjero, me pregunta ‘¿cómo estás?, ¿te atreves a salir a la calle?, entonces hay que hacer el análisis de esa ciudad que sobrevive con todo y los terremotos, la inseguridad, la contaminación, el tránsito; lo prodigioso es que sigue amaneciendo todos los días”.
Agencia El Universal