
La misma novela de Miguel de Cervantes Saavedra, pero ahora será Historia. Esta vez ha tocado el turno al Istmo de Tehuantepec, asombrarse, alucinarse, en..bronarse, con los “molinos de viento”. Sólo que hoy en día no hay un Quijote para defender a los lugareños, mucho menos a LAS lugareñas y a las que van llegando, para poder “atender” a los españoles que necesitan divertirse después el arduo trabajo de levantar más torres para EXPLOTAR el viento, que se ha convertido en el oro invisible, que se llevan a carretadas, mientras los EX dueños de las miles de hectáreas de terreno, que antes fueron agrícolas, hoy albergan torres y más torres para producir insultante riqueza para los reinstalados CONQUISTADORES. Nuevamente llegaron los “hombres blancos, de ojos azules” a adueñarse del suelo mexicano.
Todo está escrito en magistral artículo periodístico, del maestro Hermann Bellinghausen, quien nos abre los ojos y nos pone en alerta, ante la invasión y el entreguismo de los gobiernos; el federal, del que todavía no se va del país a disfrutar de la “dolce vita”, después de arruinar a millones de mexicanos, mediante la violencia extrema y la pobreza idem, y el local, que pareciera hermanarse con el campeón del entreguismo azul pálido. El “maestro de la sordera” de allá, enseñó al “muriñito” de acá, a NO escuchar a los indígenas, a los dueños de la tierra, que gritan, protestan y patalean, en contra de los invasores “concesionados” por ambos, mientras los pueblerinos indígenas, los “ikoots” (hijos del viento), que más bien serían hijos de …lo que dijo Octavio Paz, quedan como siempre, desheredados y ajenos a las ganancias multimillonarias, que se irán “pa otra parte”. ¿Será el inicio del “rescate” ofrecido por nuestro nuevo virrey? ¿Alcanzará para rescatar a la Unión Europea ?
Aunque, la mera verdad, como denuncia el maestro de la pluma, Don Hermann Bellinhausen, sí queda algo de ganancia, porque los “puteros”(que él mismo menciona) de los alrededores y hasta Salina Cruz, se llenan de trabajadores españoles, traídos para consumar la inversión, que generará no solamente electricidad para vender, sino riqueza para “rescatar” a la madre…patria. Sin embargo, lo más dramático es que pronto se empezarán a ver los retoños, los “güeritos”sin papá, producto de la aventura con las jovencitas que “se vuelan” por los visitantes temporales. La historia se repite.
Hay que leer el artículo de referencia, bajo el título, “La cesión de Tehuantepec”, para poder darse cuenta de lo que verdaderamente acontece en el Istmo, que siempre ha sido el objetivo de diversos países, que han visto en esa región, algo así como la tierra prometida y que en otras épocas, ha sido motivo de encarcelamiento para quienes se han opuesto a que el gobierno la entregue de lleno a los capitales europeos o del “Norte”. Hoy no ha sido el canal transoceánico, tan buscado por años por los que se llevan el petróleo de México; por lo menos no se “partió” el territorio oaxaqueño. Sin embargo, despojar a los indígenas huaves, para darle posesión del suelo a las compañías extranjeras, explotadoras de la fuerza del viento, viene siendo lo mismo. ¡Auxilio, Padre Eolo!
Nuestra visión acerca del problema cambió rotundamente al leer la información vertida por el erudito Bellinghausen. No cabe la menor duda de que en pleno siglo XXI, todavía pueden llegar los europeos (invitados por los gobiernos) a vendernos baratijas como los espejitos de antaño o ni siquiera eso, porque esta vez simplemente han venido llegando como a su casa, gracias a las concesiones federales. Lo que sigue es la entrega total del petróleo, cuyo proceso ya está avanzado, desde el inicio del presente sexenio. Que lo diga la Repsol y otras grandes compañías ligadas a aquel “desafortunado” soñador, a quien ya empezaban a promover como heredero de Felipe I de Tenochtitlán de los Indios. No tiene la culpa el “indio”, sino quien vota por aquellos. No cuajó a tiempo en su totalidad el proyecto Mouriño, por su mala fortuna, pero su mecenas logró rehacerlo y llevarlo adelante. Hoy en día, gran parte del petróleo y casi en su totalidad, el VIENTO del Istmo de Tehuantepec, han sido entregados a los súbditos del rey mata elefantes. ¡A quien Dios reserve su gloria!
¿A propósito, no podría ser Madrid, en lugar de Texas, el lugar donde se cobije el virrey mexicano que está por pagar la mudanza? Sería más lógico, que dictara cátedra en alguna institución hispana, que en la universidad crítica de Austin, en donde sí fue bienvenido Octavio Paz, en los años 1969 o 70. Quien sería posteriormente Premio Nobel de Literatura, encontró en aquella universidad, el campo propicio para desarrollar toda su inteligencia y capacidad como gran escritor. Aún recordamos alguno de sus recitales, con parte de su poesía, traducida a la lengua inglesa, leída por él. Habrá que ver, próximamente, hasta qué grado se entrega PEMEX a las compañías españolas. No será lo que DIOS DIGA, sino lo que permita el nuevo (¿nuevo o reelecto?) presidente de los Estados Unidos de América (United States of America). ¡Auxilio, Eolo!