Vázquez Mota va por la grande…

Josefina Vázquez Mota es la única mujer que ha alzado la mano en la búsqueda de una candidatura presidencial.
Seguramente, en el camino, habrá otras que lo hagan pero la hoy coordinadora de los diputados federales del PAN no tuvo empacho en decirle al presidente Felipe Calderón que quiere buscar la Presidencia de la República.

La diputada ha sido, siempre, una mujer astuta. Así, con ese comportamiento, inició su carrera política y se ha mantenido en el candelero a pesar de todo.

Dios mío, hazme viuda por favor es el nombre de su libro con el que tuvo alguna notoriedad pero, su brinco a las grandes ligas, se dio cuando fue invitada a ser diputada federal -cargo que desempeñó por algunas semanas- y después secretaria de Desarrollo Social con Vicente Fox.

Ella se sumó a la campaña interna de Felipe Calderón y después, por las grillas internas y un severo enfrentamiento con Juan Camilo Mouriño, fue desplazada y, al final, perdió la titularidad de la Secretaría de Gobernación.

Ahora, aprovechando la posición de coordinadora (y los recursos públicos con que cuenta en la Cámara de Diputados) se desplaza por el territorio nacional intentando convencer a sus correligionarios que ya es tiempo de que una mujer sea candidata a la Presidencia en el PAN.

El hecho de que Vázquez Mota busque la candidatura parece, de lejos, un acto de rebeldía con Felipe Calderón que, se rumora en los pasillos de la política de la Ciudad de México, podría pedirle esta semana que haga a un lado sus aspiraciones presidenciales y mejor opte por el Estado de México.

Esto, a pesar de que Vázquez Mota ha rechazado una y otra vez la candidatura por esa entidad.

Apenas esta semana, y para acicatear los rumores, Vázquez Mota encabezó la reunión plenaria de los diputados panistas en el Estado de México.

Ahí, dijo que es “urgente e inaplazable acordar una agenda mínima de reformas y decisiones que el país requiere y millones de mexicanos exigen” para evitar la ingobernabilidad en el país.

“O le damos a México lo que requiere y merece, o vamos a un destino de restricciones, de desaliento y con márgenes de gobernabilidad cada vez más estrechos. Una agenda de modernización y justicia que esté por encima de las elecciones, de la coyuntura, de los intereses de grupos o personas”.

Expuso durante una comida con los diputados panistas que al PAN le interesa la aprobación de las reformas laboral y política, así como la nueva Ley de Seguridad Nacional, entre otras, en el inminente periodo ordinario de sesiones.

Y ya habló del proyecto de país que quiere: definición de rumbo y compromisos básicos nacionales, debe construirse mediante el diálogo entre partidos políticos, empresarios, sindicatos, gobiernos locales, la academia y las organizaciones de la sociedad civil.
Y dijo que “es tiempo de escuchar a la gente”, ya que el desafío reside en construir puentes de interlocución y diálogo que permitan avanzar en la agenda nacional.

Vázquez Mota, pues, enfrenta unas duras realidades y trata de cerrar los ojos. Por ello se desplaza por el país, intentando robustecer las simpatías que los panistas sienten por ella.
Las realidades que encara Vázquez Mota se surten de una verdad universal: Felipe Calderón no la quiere como candidata.
El Presidente busca que uno de sus cuadros, léase Ernesto Cordero, Alonso Lujambio, Javier Lozano, sea el abanderado panista para la elección de 2012.
Por ello no les tira ni un lazo a los dos que más simpatías tienen adentro y afuera del PAN. Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota.
El senador Creel lleva el sexenio entero en bronca con Calderón y, curiosamente, eso le ha permitido asumir una posición que le ha dado buenos frutos, políticamente hablando.

Vázquez Mota, por su parte, ha navegado con la bandera de amiga presidencial pero que no se deja intimidar.

Ese ha sido, quizá, su mayor valor, aunque al final siempre se ha plegado a las instrucciones presidenciales. El ejemplo más claro fue cuando abandonó la secretaría de Educación Pública para buscar la diputación federal. Vázquez Mota no quería irse e, incluso, lloró cuando no tuvo más remedio que acatar la instrucción presidencial.

Hoy, Vázquez Mota anda buscando la candidatura presidencial y no falta mucho tiempo para que sepamos si es en serio o no.
A lo mejor, sólo vuelve a llorar.

*Director revista Hoja de Ruta