“La música nos permite tener una experiencia conjunta más allá del grupo, la tribu o el país al que pertenezcamos. A veces los artistas tienen un deseo violento o un deseo enorme de abrazar otra gente y tener una experiencia conjunta, y ese deseo es mucho más fuerte que el de destruir a otros, ese es el espíritu que está en lo mejor de la música y el jazz, el cual yo he representado en toda mi vida”, expuso el trompetista Wynton Marsalis en conferencia de prensa en la Ciudad de México.
El reconocido músico estadounidense ofrecerá ,junto con la Jazz at Lincoln Center Orchestra, dos conciertos en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes, el sábado 7 y domingo 8 de marzo.
En un encuentro con medios de comunicación calificó como un honor el regresar a México, país del que ama su cultura y su música “Por supuesto, estamos contentos de estar aquí y compartir esta música (el jazz) que eleva los espíritus. Tenemos un gran grupo de músicos. Esto es siempre algo muy personal, cada concierto, cada nota, cada estudiante que nos encontramos es una bendición y una oportunidad”, apuntó el compositor y arreglista de 54 años.
En la conferencia expuso que uno de sus papeles como embajador de la música jazzística es derribar las paredes artificiales que se crean por razones políticas, históricas y otras, e indicó que ama la música clásica pero que viene de una familia del jazz.
“La cultura del jazz es como mi madre. No he tocado música clásica prácticamente los últimos 20 años, pero disfruto y me encanta escuchar a las grandes orquestas interpretar las grandes obras. Hay tantas grandes figuras que he conocido y he investigado a lo largo de los años que realmente amo a todas las figuras del arte”.
Respecto al mensaje que llevará a los países que visitará con su gira (México, Venezuela, Perú, Chile, Argentina, Uruguay y Brasil), mencionó que se encapsula en los tres elementos fundamentales del jazz: la improvisación, el swing y el blues.
“La improvisación nos dice que está bien ser como somos, original y diferentes a los demás, no tienes que vestirte o ser de cierta manera o decir ciertas cosas para ser grande. El swing nos enseña que está bien para los demás ser una persona única y original. La improvisación enseña a hablar y el swing a escuchar.
“El blues nos dice que el dolor está presente en el mundo, pero tenemos una responsabilidad de encontrar tu camino, tu optimismo, la vida no es un ideal, es lo que es, una realidad que nos toca a todos, ante esa realidad el blues nos invita y permite ver alegría, optimismo, felicidad a pesar de esa realidad”.
La Jazz at Lincoln Center Orchestra es una agrupación comprometida con la educación de la música que promueve, por lo que ocupa un tercio del año en realizar giras con esta intención.
Wynton Marsalis expuso que en el mundo hay un mal entendido sobre el valor de la educación artística, pues muchas veces se ve a las artes y a la música como productos, algo para ser vendido. “La música y el arte para ser el alimento del espíritu y el intelecto requiere una inversión para que dé sus frutos”.
Sobre cuáles han sido sus frutos en labor educativa, señaló que tanto él como la orquesta que lidera se han encontrado con músicos jóvenes que han captado el espíritu, afecto, amor y cariño que tienen y no se guardan. “Esto se conjuga con sus vidas para elevarlos como personas y esto llega a ser parte de reforzar todo lo que hacen para ser mejores personas y tener mejores experiencias”, destacó el hijo del pianista Ellis Marsalis.
Wynton Marsalis se presentará con la Jazz at Lincoln Center Orchestra, integrada por los trompetistas Marcus Printup y Kenny Rampton; los trombonistas Vincent Gardner, Elliot Mason y Chris Crenshaw; Sherman Irby (saxofón alto); Ted Nash (saxofón alto y soprano, y clarinete); Walter Blanding (saxofón tenor y soprano, y clarinete); Víctor Goines (saxofón tenor y soprano, y clarinete bajo); Paul Nedzela (saxofón barítono y sopreno, y clarinete bajo); el pianista Dan Nimmer; el bajista Carlos Henriquez, y Ali Jackson en la batería.