Un complejo turístico de proporciones gigantescas amenaza la reserva natural del lago Qarun, en el oasis de Al Fayum, al sur de El Cairo, donde anidan miles de aves y se encuentran fósiles y yacimientos arqueológicos todavía por estudiar.
Los grupos ecologistas, que abogan por un turismo sostenible en esta zona, ven con suspicacia este proyecto después de que el Gobierno del expresidente Hosni Mubarak cediera el pasado diciembre 2,8 kilómetros cuadrados de terreno junto al lago a la constructora Amer Group por sólo un céntimo de dólar por metro cuadrado.
La llegada de la revolución, la renuncia de Mubarak al poder el pasado 11 de febrero y el encarcelamiento por enriquecimiento ilícito y malversación de fondos de dos de los ministros que firmaron el acuerdo -el de Turismo, Zoheir Grana, y el de Vivienda, Ahmed el Magrebi-, han arrojado una nueva sombra de duda sobre el futuro del lago Qarun.
«Podría pasar cualquier cosa, hay mucha incertidumbre ahora en Egipto», afirmó la activista de la organización Conservación de la Naturaleza de Egipto (CNE) Rebecca Porteous, quien reconoció que la revolución, que estalló el pasado 25 de enero, «es como una ventana abierta de posibilidades» .
Aún así, Porteous lamentó que desde la revolución se ha acelerado la construcción de una carretera que conectará El Cairo con el lago Qarun y que, en el futuro, permitirá acceder al gigantesco complejo turístico en el que está prevista la construcción de hoteles con un total de 12.000 habitaciones y otros tantos chalés.
Los alrededores del lago Qarun han sido poco explorados y esconden un yacimiento con fósiles de hasta cuarenta millones de años de antigüedad, donde fueron descubiertos los restos del mono más antiguo del mundo así como de elefantes, pájaros e incluso tiburones, delfines y caballitos de mar.
Además, restos que datan del Neolítico demuestran que Al Fayum fue uno de los primeros lugares de Egipto donde se practicaron la agricultura y la pesca.
Alrededor de un centenar de especies de pájaros anidan en los humedales del lago, donde no es raro ver flamencos, abubillas, águilas, halcones, cisnes y patos, así como aves migratorias.
Porteous se mostró preocupada por la fragilidad del equilibrio medioambiental de la zona: «El área de la que estamos hablando es tan delicada que si un coche pasa a través de los humedales, los destrozará» , aseguró.
Los ecologistas alertan del estado de deterioro del lago, al que desemboca el alcantarillado de las poblaciones vecinas, y denuncian la falta de fondos del Ministerio de Medio Ambiente para la protección de zonas como el bosque petrificado, una gran extensión de desierto salpicada de árboles fosilizados.
«Medio Ambiente destinó sólo 5.000 libras egipcias (unos 600 euros) durante tres años para un área de cien kilómetros cuadrados» , denunció Porteous.
La activista explicó que los guardas forestales de la zona tuvieron que recaudar fondos para comprar estacas de madera y cuerdas que permitieron aislar el bosque petrificado.
Para evitar la destrucción de este espacio natural, los activistas de CNE y los guardas forestales proponen destinar la zona al turismo ecológico.
La CNE propone «construir edificios destinados a un turismo de gama alta y ecológico» con técnicas tradicionales y empleando a trabajadores de la zona para que las instalaciones reporten beneficios a la región, puntualizó Porteous.
Por su lado, el arquitecto Mohamed Abdel Jatib lamentó que «las autoridades tienen en la cabeza (la ciudad turística de) Sharm el Sheij o la costa mediterránea, e intentan copiar y pegar el mismo estilo, independientemente de si se ajusta a la zona o no» .
«Al Fayum no es un lugar para el turismo de masas» , dijo Abdel Jatib, que ha trabajado durante dos décadas con la administración egipcia para elaborar un proyecto de turismo sostenible en Al Fayum.
En este sentido, Porteous destacó que «la fuerza de Al Fayum reside en un tipo de turismo de gama alta con visitantes que aprecien la naturaleza y las antigüedades, no sólo las pirámides y los cruceros» .
Agencia El Universal