Los mexicanos somos muy buenos para ponernos de acuerdo y participar, claro, cuando se trata de la fiesta del pueblo, las ferias, los quinces (de septiembre y de las hijas) pero para temas de seguridad, limpieza, transporte o cualquier otro tipo de problema vecinal nos echamos para atrás y dejamos, culpamos y exigimos a la autoridad que lo resuelvan todo solos.
¿Qué pasa con el tercer sector en México? ¿Por qué pareciera que no nos interesa la participación y cohesión social?
En México actualmente existen cerca de 15,000 organizaciones sociales, de las cuales el SAT solamente tiene a 2,800 como donatarias autorizadas. Mientras en Brasil son más de 200,000 y en Estados Unidos superan el millón de organizaciones.
La historia nos permite ver algunos factores que influyeron en esta desaceleración del tercer sector y este rezago que tiene México frente a los demás países.
Recordemos que en México durante muchos años las distintas organizaciones, agrupaciones y todo tipo de representación popular cabía dentro del mismo sistema, del mismo partido. Es decir, el PRI tenía la suficiente fuerza para brindarle un espacio de representación a quien quisiera participar en los temas públicos, ya fueran organizaciones populares, transportistas, campesinos, o bien, agrupaciones sociales que velaran por intereses comunitarios, lo que hoy son las asociaciones civiles, todos cabían dentro del mismo sistema.
Muchos apuntan este hecho como el responsable del rezago que tenemos en participación ciudadana, sin embargo este “corporativismo” que tenía el revolucionario institucional terminó hace muchos años y de 1995 a la fecha solamente se han registrado 1,300 organizaciones civiles nuevas ante el SAT.
Me parece que donde radica la escasa participación ciudadana es en la falta de confianza de la sociedad al gobierno y de la sociedad a la misma sociedad.
Consulta Mitofsky publicó una encuesta que debió de preocuparnos mucho más que las encuestas electorales del 2012: publicó que el 79% de los mexicanos no confía en sus gobernantes, ¡pero que el 82% no confía en su vecino!
Se ha perdido la cohesión social, la interacción y relación vecinal. Quienes participan dentro de las colonias siempre son los mismos, la mayoría de los vecinos prefiere no hacer nada, no acudir a reuniones, no enterarse, unirse o cohesionarse y mejor quedarse viendo televisión y esperar que los gobernantes resuelvan los problemas de la colonia.
Me parece que éste es el punto toral de la falta de participación social, el miedo y la desidia.
Como gobierno, y sobre todo los legisladores deben promover leyes, incentivos fiscales y promover una verdadera desregulación de trámites que puedan facilitar la creación de organizaciones civiles, pues al final del día coadyuvarán para crear un mejor México. Yo preguntaría qué avances en esta materia hemos tenido emanados de la comisión de participación ciudadana presidida por el Diputado panista Gerardo Cuanalo, la cual además está compuesta únicamente por diputados del PAN, donde “en teoría” deberían ponerse de acuerdo más fácil. La respuesta es nada, cero avances.
Y a nivel federal tenemos también una representante del estado como Secretaria de la misma comisión, la diputada federal del PAN Maricela Torres, quien como he escrito en anteriores colaboraciones ha dejado mucho que desear dentro de su trabajo legislativo. Cero productividad.
Por su parte, nosotros como ciudadanos debemos dejar la desidia atrás e interesarnos por el país que le vamos a dejar a nuestros hijos y los gobernantes tienen que dejar de ver a las organizaciones civiles como una amenaza, sino verlas como una riqueza que hará a nuestro país verdaderamente democrático a través de la sociedad misma.
EL PROBLEMA NO SON LOS CASINOS
Los lamentables hechos suscitados en Monterrey han causado todo tipo de reacciones por parte de la ciudadanía y los gobernantes. El tema no es menor, pues dentro del clima de inseguridad en el que estamos inmersos nunca se había vivido un atentado a la sociedad de esta magnitud en nuestro país.
Hubo todo tipo de respuestas por parte de las autoridades no solamente de la Sultana del Norte sino por parte de la federación y el resto de las entidades federativas.
Dentro del mensaje del Presidente Felipe Calderón se mencionó la venta de armas en Estados Unidos, el consumo de droga en el mismo país, la estrategia contra el crimen organizado en México, entre otros factores. Yo le preguntaría ¿Y esto qué tiene que ver?
Si las investigaciones son correctas y el atentado se da porque los dueños del casino no quisieron pagar el “derecho de piso”, el asunto entonces, se vuelve mucho más delicado. Es decir, este es un asunto interno (del país) en el cual la autoridad ha sido rebasada por el crimen organizado y no existen garantías individuales ni un estado de derecho.
Son actos solamente comparados con la tradicional mafia siciliana que cobraba cuotas a los comercios para que pudieran seguir existiendo, de lo contrario, ya sabemos lo que pasa.
Así que ahora los empresarios deben pagar además de los trámites y licencias gubernamentales, también las cuotas para que los grupos delictivos les den una auténtica “licencia de funcionamiento”. EL PROBLEMA NO ESTÁ EN LOS CASINOS, en si tienen o no sus papeles y permisos en regla, si pueden vender alcohol, si tienen salidas de emergencia, sino que la autoridad fue rebasada y el crimen organizado proporciona a estos comercios una garantía alterna de “seguridad” que el estado mismo no puede ofrecer. Eso es lo que debe preocuparnos en el caso lamentable vivido en Monterrey.
PAUL OSPITAL CARRERA
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