Zoon Politikon – La revolución cibernética

“El progreso y el desarrollo son imposibles si uno sigue haciendo las cosas
tal y como siempre las ha hecho”

Wayne W. Dyer

Querétaro, Qro. – Sin duda alguna el internet llegó para quedarse, muestra de ello el crecimiento que ha tenido en diferentes países y sobre todo en México. La sociedad mexicana ya no solamente busca tener acceso a este nuevo medio masivo de comunicación sino que se ha convertido ya en una exigencia social, sobre todo por parte de los jóvenes para que el gobierno lo provea de manera gratuita en las plazas públicas. Un lujo que se convirtió en necesidad.

Con el internet llegaron distintos beneficios, se comenzó con el correo electrónico el cual facilita la comunicación entre las personas, de manera directa e inmediata y esto hizo que cada vez menos personas utilicen los métodos tradicionales de comunicación escrita como el servicio postal mexicano.

Pero el internet hoy en día ha evolucionado a la par de las exigencias de la sociedad informada, estar informados a todo momento y en tiempo real. Ahí es cuando las principales empresas de comunicación (periódicos, radio, tv, entre otros) entienden el potencial y la cercanía que tiene la sociedad cibernauta y crean sus portales web que replican lo que se vería en un medio impreso.

Sin duda alguna cada vez somos más quienes leemos el periódico a través de internet, o inclusive ver algún programa favorito a través del mismo medio. Y no se diga en la sociedad juvenil la cuestión de la música, los videos y por supuesto las redes sociales.

Este último punto, las redes sociales, es a lo que quiero hacer referencia en esta columna. Facebook, Twitter, Metroflog, Youtube, Hi5 entre otros se han convertido en un medio de información “en vivo“del acontecer nacional e internacional, quienes navegamos a través de las redes sociales tenemos la oportunidad de enterarnos de las noticias que acontecen en el mundo, o bien para quienes no muestran tanto interés, saber en dónde y qué se encuentran haciendo sus amigos.

Hago referencia a estas redes sociales en lo particular ya que fuimos testigos en estas semanas del poder que le ha dado a la sociedad estos espacios “no regulados” de libre expresión. Basta con ver el caso de la periodista Carmen Aristegui, quien en cuanto fue despedida de la cadena MVS provocó una autentica revolución a través de Twitter en donde sus seguidores y la comunidad virtual se volcó en contra del despido de la periodista y exigió, sí, exigió la sociedad cibernauta una respuesta que clarificara estos hechos por parte de “Los Pinos” o bien de MVS.

Otro caso del cual fuimos testigos en estos días fue el movimiento que se dio en Egipto para destituir a Mubarak, movimiento que inició –según algunos periodistas- desde un grupo de Facebook, haya iniciado a través de internet o no, lo destacado es que el gobierno de Egipto tomó la determinación de cerrar el sistema tanto de Facebook como de Twitter en todo el país y posteriormente cancelaron todo acceso posible a internet.

Estas son solo algunas –las últimas- muestras claras de cómo estas redes sociales se han convertido ya en un generador inmediato de percepciones sociales hacia los gobiernos en turno.

Hoy en día no podría concebir un gobierno en México que no contara con una estrategia en especifico para los medios electrónicos, pues cada vez van ganando más terreno en cuestiones de información, acceso a la misma, transparencia y sobre todo del actuar social.

Fuimos testigos de movilizaciones de miles y en el caso de Egipto de millones de personas que mostraron su repudio hacia algunas acciones, lo cual nos hace ver la nueva realidad de las redes sociales, el poder de convocatoria y de penetración que tienen dentro del inconsciente colectivo y la necesidad de que los gobernantes evolucionen al mismo tiempo que la tecnología. Ya que como le sucedió a Joaquín López Doriga después del tropiezo en la entrevista de Anthony Hopkins, no solamente los medios tendrán el monopolio de la crítica y el escrutinio de los actores públicos, sino que la misma sociedad está al pendiente de lo que acontece y de no estar de acuerdo –como quedó demostrado- lo harán saber de forma masiva a través de esta revolución cibernética sobre los temas públicos.

A pesar de parecer una de las herramientas más importantes para el desarrollo de la sociedad participativa, lamentablemente siempre habrá quien lo vea desde otro ángulo y utilice las mismas para desprestigiar a los actores políticos a través del anonimato, los invito a sumarse a esta nueva realidad de la información, pero siempre hacerlo con nombre y apellido para que esta voz de la sociedad cibernética no carezca de validez y cada vez se vuelva más importante.

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