
La tan esperada elección en los Estados Unidos Americanos llegó a su fin. Como lo pronosticaron los expertos, Barack Obama estará al frente del puesto político más importante del mundo durante cuatro años más.
En esta ocasión, a Obama le pesaron los grandes pendientes que tiene su administración y que deberá cumplir de aquí al 2016, como la reforma migratoria, el déficit fiscal, retirar a las fuerzas armadas y por supuesto la crisis económica.
Sin embargo, a pesar de contar con menor cantidad de votos en el colegio electoral a comparación de la última votación; Obama logró obtener 303 votos, 33 más de los necesarios para convertirse en Presidente.
Aunado a ello, me parece importante destacar el papel que jugaron los candidatos el día de la jornada electoral. Obama por la mañana en su ciudad natal de Chicago envió un mensaje de felicitación a su contrincante electoral el candidato republicano Mitt Romney, así como a su equipo de campaña por lo realizado durante los dos meses de contienda. Por su parte, horas más tarde Romney hizo lo propio y reconoció además la administración que había llevado hasta el momento el Presidente Barack Obama. Sí leyó bien, esto el mismo día de la votación.
Una vez que las principales cadenas televisoras, así como el órgano electoral de Estados Unidos dio a conocer a Barack Obama como el ganador de las elecciones; Romney salió y reconoció su derrota (sin culpas, fraudes, teorías de conspiración ó complots) e invito a sus correligionarios del Partido Republicano a trabajar de la mano con el Presidente Obama, a su equipo también lo felicitó.
El mensaje de altura democrática brindado por el perdedor reconociendo su derrota, me recordó el discurso en el mismo sentido que dio Henrique Capriles el pasado domingo 7 de octubre en Venezuela tras perder la elección presidencial contra Hugo Chávez.
En cambio, pareciera ser que en México nos estamos acostumbrando a que los perdedores no reconozcan sus derrotas; sucedió en 2006 y ahora en 2012, no podemos permitirle a nuestra democracia este tipo de prácticas que nos lleven a ver como actos “normales” desconocer la voluntad popular.
El sistema electoral estadounidense no cuenta voto por voto, sino que cada estado representa un número determinado de sufragios en el “Colegio Electoral” y aunque usted no lo crea, el ganador puede tener mayor cantidad de votos efectivos, pero menor en el Colegio Electoral y pierde. Así funciona y así se acepta.
Romney contendió contra el Presidente en turno y el martes no se le escuchó reclamar “una elección de estado” o “un complot televisivo” o cualquier otro pataleo, se reconoció la derrota.
Por su parte Henrique Capriles contendió también contra el Presidente en turno y toda la maquinaria de su partido que ha sido aceitada por más de 14 años por parte de Hugo Chávez, también reconoció su derrota.
Me parece que ROMNEY Y CAPRILES DEBERÍAN DARLE CLASES A LÓPEZ OBRADOR, y comenzaría el curso citando los discursos de ambos perdedores, con la esperanza firme de algún día escucharlo en mi país.
«Para saber ganar hay que saber perder… quiero también felicitar al candidato, al presidente de la república, quiero desde aquí mandarle nuestra felicitación y ojala vea con grandeza la expresión del pueblo de hoy» Henrique Capriles
«Acabo de hablar con el Presidente Obama para felicitarlo por su victoria; sus simpatizantes y campaña también se merecen felicitaciones». Mitt Romney
PAUL OSPITAL CARRERA
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