Museo del Caracol abre módulo táctil para invidentes

México, D.F.- “Cuando me describen las piezas de un museo es posible imaginarlas, pero cuando se tiene la oportunidad de tocarlas y conocerlas a través de las manos, es como si las pudiera ver”, dice Carmen, una invidente, al acercarse por primera vez el acervo de la Galería de Historia “Museo del Caracol”, durante la reciente inauguración de un módulo táctil para ciegos y débiles visuales.

El nuevo espacio se conforma de un par de dioramas con piezas de barro, madera y tela —que hacen referencia al movimiento zapatista (1911) y al periodo de La Reforma (1857-1861)—, que las personas con discapacidad visual tocan para reconocer texturas y formas, de modo que puedan imaginar la escena histórica que se representa.

Patricia Torres Aguilar Ugarte, directora del recinto, comentó que con esta iniciativa, “la Galería de Historia refrenda el compromiso de igualdad de derechos con las personas con discapacidad, al crear este espacio que permite el desarrollo e inclusión de los invidentes en la recreación y disfrute de la colección histórica de este museo, como parte del principio de difusión del patrimonio cultural que promueve el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-Conaculta).

“Diseñamos este módulo, llamado Toca la historia, con el objeto de que las personas con discapacidad visual accedan a los materiales que exhibe el museo, compuesto por más de 40 dioramas y casi 20 maquetas distribuidas en 12 salas, que narran el devenir de nuestro país, desde 1767 hasta 1917, cuando se dio la Promulgación de la Constitución que actualmente nos rige”.

Una vez abierta esta nueva sección del Museo del Caracol, ocho invidentes del Instituto de Asistencia Privada Megavisión, se animaron a “conocer el lugar a través de las manos”, tal como uno de ellos mencionó. Formados en parejas, una tras de otra y tomados de los hombros, el grupo fue dirigido hacia el gran cancel de bronce —hecho en 1960 por el escultor guanajuatense José Chávez Morado—, para que descubrieran la percepción de este artista a través de su obra.

“Aquí se siente como una planta”, dijeron algunos de ellos al momento de tocar la representación de una mazorca. Otros más tocaron una olla que hace referencia al desarrollo de la alfarería durante la época prehispánica, mientras Carmen y su compañero Javier tocaban los colmillos que se asoman entre las fauces de la serpiente emplumada representada en relieve.

Dichas figuras están del lado derecho del cancel, y representan el pasado prehispánico de nuestro país. Mientras, del lado izquierdo se aborda la cultura española, a través de elementos como una espada, una rueda y un racimo de uvas que el grupo de invidentes reconoció de inmediato.

En la parte central de la singular puerta, “se simboliza la cultura mestiza producto de la unión entre las civilizaciones prehispánicas y la europea, las primeras representadas con el torso y rostro de una mujer indígena, y la segunda con el busto de un hombre europeo”, explicó Martha Robles, guía del recorrido.

Después, en fila y moviendo sus bastones de un lado a otro constantemente para no tropezar, los invidentes avanzaron hasta la primera sala del museo, donde la maestra Martha Robles les explicó la composición de un diorama, del cual el museo exhibe 49 en total y 19 maquetas que fungen “como pequeñas ventanas hacia la historia”.

Ambos elementos museográficos son modelos en tamaño reducido sobre escenas históricas del país, se caracterizan por tener fondo, forma y volumen, y pretenden mostrar al visitante los momentos claves y personajes sobresalientes de la historiografía de México.

La visita guiada del grupo de ciegos continuó en el módulo táctil Toca la Historia, donde por turnos y en parejas pasaron a palpar cada uno de los dioramas exhibidos en esa sección, titulados Emiliano Zapata y la Revolución Agraria y Los valientes no asesinan.

Cada uno de los participantes descubrió las características de las figuras de barro. “Éste tiene un sombrero y se sienten sus dedos de los pies, así que supongo que trae huaraches”, comentó uno de los invidentes, en tanto, otros tocaban la mesa tras la cual está la figura de Emiliano Zapata, así como rifles y un estandarte colocado al fondo con el lema: “la tierra es de quien la trabaja”.

“Emiliano Zapata destacó por defender a los campesinos y sus derechos. El 28 de noviembre de 1911, el líder revolucionario y sus correligionarios lanzaron el Plan de Ayala con que se dio la devolución de tierras que tenían los hacendados…”, leyó Carmen en la cédula en braille que acompaña el diorama.

Simultáneamente, cuatro personas del grupo tocaban el diorama Los valientes no asesinan, en el que está representado el general Guillermo Prieto interponiéndose entre Benito Juárez y los soldados del ejército conservador que deseaban asesinarlo.

Dentro del mismo módulo táctil, hay tres carpetas que contienen —en sistema braille— todos los dioramas y maquetas del museo, e información histórica sobre México, que abarca de 1767 a 1917, que los invidentes pueden consultar en el momento que lo deseen y todo el tiempo que lo necesiten.

“Para nosotros es muy difícil comprender un museo, pues nos resulta casi imposible conocer los acervos y por tanto entender la historia o la importancia artística de las piezas, ya que es nula la posibilidad de que toquemos los objetos, lo que a su vez, al final del día, nos hace considerar a estos espacios como poco interesantes para nosotros”, comentó Javier.

Asimismo, Carmen agregó: “es interesante y afortunado que un museo ponga atención en nosotros y nuestras necesidades, y nos dé la oportunidad de admirar a través del tacto las piezas que resguarda”.

El grupo de personas ciegas fue conducido hasta el “corazón” del museo: el Recinto a la Constitución, donde concluyó el recorrido con narraciones sobre la creación de la Carta Magna de 1917 —cuyo facsimilar se exhibe al pie de una escultura en forma de águila—, y con datos sobre la historia de la construcción de ese lugar, cuyo domo de fibra de vidrio, pintado al óleo, representa “las llamas de la libertad”.

Patricia Torres, directora del museo, comentó que para finales de este año se incorporarán dos dioramas más al módulo Toca la historia, con la intención de tener mayor cantidad de material disponible para el público invidente, “aunque en realidad es un proyecto de mayor aliento, en el que tenemos contemplado incorporar un diorama por sala, que represente una de las escenas más importantes y a los personajes más relevantes de cada sección”.

Toca la historia está abierto de martes a domingo, de 9:00 a 16:00 horas. Disponible para grupos de máximo 12 personas, previa cita a los teléfonos 4040-5248, 4040-5241 y 4040-5242. Entrada gratuita.

La Galería de Historia “Museo del Caracol” se localiza en el Bosque de Chapultepec, anexo al Castillo de Chapultepec, en la colonia Polanco, Delegación Miguel Hidalgo. Costo para público general: 41 pesos. Entrada gratuita para niños menores de 13 años, adultos mayores de 60, pensionados, jubilados, y alumnos y maestros con credencial vigente. Los domingos la entrada es gratuita para público nacional y residentes extranjeros.