Operaciones consideradas de ciencia ficción como insertar cartílago completamente nuevo en una rodilla, o crear un corazón con las mismas células humanas, pueden ser una realidad gracias a la impresora de tejidos.
Adquirida por el Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica (CI3M) -creado gracias a una alianza entre la UAM y el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología- y utilizando células vivas, esta impresora es capaz de construir prácticamente cualquier tejido humano, aseguró el coordinador del centro, Joaquín Azpiroz Leehan.
Explicó que una vez que se tienen las células, se deben aislar en un líquido y, al igual que una impresora jet de tinta, se deposita el líquido con las células y se arma el tejido capa por capa.
Así, aunque aún está lejana la posibilidad de lograrlo, esta máquina “la queremos echar a andar lo antes posible”, ya que uno de sus objetivos a largo plazo es sumarse a las investigaciones para diseñar un corazón humano.
La meta es diseñar un corazón real que sustituya al dañado, “suena de ciencia ficción pero para allá vamos; sí lo veo posible, a lo mejor yo ya no lo alcanzo a ver, pero si es posible”, enfatizó.
El especialista explicó que dicho proyecto representa aún diversos problemas, el primero es lograr su conformación, “y luego que el corazón comience a latir de forma sincronizada”.
No obstante, el Centro Nacional de Investigación en Imagenología e Instrumentación Médica -en coordinación con otras instituciones y la participación de distintas empresas- creo el primer corazón artificial.
“Gracias a nuestros resultados anteriores bastante buenos; ya conocen la vieja historia del corazón artificial mexicano, que se desarrolló aquí; esos resultados permitieron que el Conacyt nos diera dinero, ya con equipo nuevo para poder trabajar a alto nivel”, agregó Azpiroz Leehan.
“Llevó aproximadamente 10 años el desarrollo; básicamente son dos bombas, y lo que se hace es un proceso mecánico para lograr el impulso y el flujo, y todo lo que requiere para seguir sobreviviendo”, detalló el administrador Técnico del CI3M, Andrés Morón Mendoza.
Para Joaquín Azpiroz, la evolución del laboratorio donde se realizó este desarrollo que permitió volverse un Centro Nacional, fue la oportunidad para continuar distintas líneas de investigación cómo la que se pretende con la impresora de tejidos en coordinación con el Instituto Nacional de Rehabilitación.
“En particular, ellos tienen la idea de hacer crecimiento de cartílago de rodilla; si a uno se le rompen los meniscos o lo que sea, se imprimen en esta impresora, que es la primera en México; lo harían en colaboración con nosotros. Entonces es un reemplazo de tejido natural y no tiene posibilidades de rechazo”, detalló.
Por parte de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en cuyo plantel Iztapalapa se encuentra una de las sedes del CI3M, se trabaja con compuestos como el polipirrol para buscar una reintegración de la medula espinal.
“Entonces aquí mismo en la UAM tenemos un laboratorio de ingeniería de tejidos y la idea es poner aquí el equipo y una sucursal del laboratorio de ingeniería de tejidos para hacer aquí el crecimiento de esos materiales”, adelantó.
Explicó que el crecimiento del tejido es un trabajo muy complicado, cuya historia data ya de hace más de 30 años, y existen “en el mundo algunos ejemplos de cosas que sí funcionan: vejigas, uretras; pero queremos ir ya a cosas ya un poco más complejas”, puntualizó.
El también presidente del Colegio Panamericano de Cardiología y Endotelio, José Luis Cervantes Escárcega, coincidió en que las ingenierías genómica y genética, han logrado la formación de órganos; “y muy probablemente a ti y a mí ya no nos toca, pero seguramente en un futuro habrá un corazón hecho a través de la ingeniería genética”.
El CI3M ofrece al público servicios clínicos, como una manera de generar recursos, a un precio más bajo que el comercial, como hemodiálisis y resonancia magnética entre otros, que se pueden consultar en la página, http://serviciosclinicos.ci3m.mx/.
inf./Notimex