Hoy será el último día de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Anda en Buenos Aires y cerrará con la firma del Tratado México, Estados Unidos Canadá
Luego regresará para entregar la banda presidencial quien con una votación inesperada aniquiló su gobierno, sus reformas, a su partido y a su candidato.
Es, dicen distintas estadísticas con reproches del 76 por ciento de la población, el mandatario más rechazado en la historia.
Y puede ser, también, el fin de un sistema tradicional de partidos y en concreto el suyo, el Revolucionario Institucional (PRI).
Poco importa si a estas alturas comienza a cuestionarse a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, por sus contradicciones y golpes a la confianza.
Ese viejo engranaje político económico, que tanto desprecia, han salvado a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y al peso.
Desde mañana sábado sólo estarán él y su equipo para responder por sus actos y, si lo pretenden, recuperar la fe en una economía necesitada de inversión, empleo y desarrollo.