Oaxaca, Oax.- Con un desfile de la Catedral Metropolitana, a la Iglesia de la Guadalupe ubicada a un costado del Llano, decenas de familias veneraron a la “Reyna de México”, donde las “Lupitas” y los “Juan Dieguitos” fueron representados por niños oaxaqueños.
Niños de edades de 2 meses a 10 años o más, llevaron pantalón y camisa de manta, sombrero, huaraches, cinturón rojo y sarape o tilma con la imagen de la virgen morena, mientras unos más, llevan huacal en la espalda en donde van trastes de
barro y figuras típicas.
Las niñas, por su parte, portaron las prendas de una mujer indígena, su falda amplia hasta los tobillos, blusa de manga corta, mantilla, faja o cinturón y rebozo. El traje se complementa con una serie de accesorios como: collares, pulseras, aretes y huaraches típicos.
Con ese encanto que sólo los niños pueden tener, unos sonrientes, otros acalorados y unos más chupándose el dedo, en sus primeros años de vida, donde su inocencia contagia de amor a todos quienes los rodean.
Un pequeño de menos de dos años de edad, con sombrero de palma, guaraches de cuero, volteaba a ver hacia sus lados, sonriente volvía la cabeza a su madre como queriendo manifestar su agrado por esta en esa caminata.
Asimismo, una pequeñita de 4 años alzaba la frente y el pecho y con sus pequeñas manos tomaba su collar de color verde mostrándolo a otra de 6 años, tal vez su prima que de la mano de su madre participaba también en esta procesión.
Niños de piel blanca, piel morena, cabellos largos y cortos, delgados y gorditos, de distintas edades, compartiendo un momento quizá por tradición familiar con un mismo objetivo para quienes profesan la fe católica, recordar el pasaje en el que la “Virgen Morena” se le apareció a “Juan Diego” en el cerro del Tepeyac.
Al llegar a la iglesia de la Guadalupe se escuchó en medio de todos los feligreses-Mami, cómprame un globo, manifestó una pequeña de 3 años a su mamá, mientras ésta respondió –Espérate mi amor, primero vamos a platicar con mamá María y saliendo te compro el globo.
En la entrada del templo de la Virgen de Guadalupe, un padre bendecía a los creyentes, “que María los cubra con su manto y los bendiga”, decía al rociar el agua bendita sobre los feligreses.
Adentro, otro padre más hacía la misma acción, llenándose el templo de familias con pequeños, donde no se escuchaba llantos, sólo sonrisas, agrado y oraciones que se murmuraban a cada metro dentro del templo.
Esta es mi hija Marianita, dijo un joven padre que tenía entre sus brazos una hermosa nena de piel morena a otra mujer casi de la misma edad, entre 28 y 32 años de edad, -qué linda nena, expresó la mujer, mientras de sus manos se agarraba un pequeño de 8 años aproximadamente.
Así pasaron las familias a recibir la bendición y enseguida salieron por la puerta lateral del templo, para tomarse la foto quizá, donde los fotógrafos invadieron los espacios representando al cerro en el que apareció la Virgen a Juan Diego. Otros más, pintaban las imágenes en mejillas, frentes o brazos de los pequeñines.
“María es la madre de la paz, nos trae amor, el amor que demostró por su hijo Jesucristo, ese amor nos lo entrega a nosotros todos los días, los niños están siempre protegidos por su manto”, expresó el Padre Chava al preguntársele sobre el significado de este día para los católicos.